La dictadura de Hamás, en la Franja de Gaza, y la dictadura de Maduro, en Venezuela, tienen como denominador común culpar a los demás por el sufrimiento de sus pueblos, sin asumir su propia responsabilidad.

La obsesión de Hamás por borrar a Israel del mapa, siguiendo los lineamientos de su controlador, el régimen de Irán, lo ha llevado no solo a ignorar el bienestar de los gazatíes, sino incluso a profundizar sus carencias y sufrimientos, con la finalidad de promover críticas a Israel.

Así como Maduro intenta eludir su responsabilidad de lo que sucede en Venezuela, acusando incluso una conspiración sionista, de Elon Musk y de Whatsapp, del mismo modo, el liderazgo palestino intenta culpar a Israel de todos sus males. Por eso, no es de sorprender que Maduro apoye a Hamás y que Hamás apoye a Maduro.

Pero lo cierto es que Israel se retiró completamente de la Franja de Gaza en 2005 y dos años después Hamás tomó el poder tras un sangriento golpe de Estado contra la Autoridad Nacional Palestina. Desde entonces, Hamás es el único responsable del deterioro de la vida en Gaza.

En aquel espacio pequeño pudo haberse levantado un modelo enfocado en la innovación y el desarrollo, al estilo de Singapur, sin embargo, Hamás ha instaurado un sistema corrupto que ha utilizado la millonaria ayuda internacional destinada al bienestar de los palestinos, para fabricar armas, construir infraestructura militar y entrenar terroristas, en detrimento del bienestar de su propio pueblo.

Todos los esfuerzos de Hamás están puestos en eliminar a Israel, a través del lanzamiento de miles de cohetes y de infiltraciones a través de túneles, promoviendo además el antisemitismo en las mezquitas, escuelas y medios de comunicación.

Producto de lo anterior, esta ideología islamista, apoyada por el régimen de Irán, terminó hundiendo a los ciudadanos gazatíes. Hay que destacar que, por fin, en las últimas semanas comienzan a escucharse voces en la calle palestina con fuertes críticas a lo que ha hecho Hamás en contra de su gente.

Israel no tiene interés en controlar la Franja de Gaza, y sí es nuestro interés que los palestinos que viven allí puedan desarrollarse y prosperar, idealmente con pluralismo y democracia. Por eso, antes y después del 7 de octubre, nunca hemos restringido el ingreso de productos para el bienestar de Gaza, lo que no incluye armas y otros insumos bélicos.

La masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre, que dejó más de 1.200 israelíes asesinados y 105 personas que siguen secuestradas, es prueba fehaciente de la naturaleza de este grupo terrorista.
Los pueblos de Irán, Venezuela y Gaza son víctimas de regímenes dictatoriales, que desprecian el bienestar de sus pueblos.