En ese mismo contexto, las Fuerzas de Seguridad de Argentina desarticularon una organización terrorista islámica, que planificaba atentados contra la Comunidad Judía de Mendoza. Y no solo eso, detuvieron a una parte de sus siete integrantes, justamente, en el paso fronterizo entre Chile y Argentina. Queda claro que intentaban huir hacia nuestro país.
Las advertencias
Aunque se trata de dos hechos de gran relevancia, que acaecieron en la misma época, al parecer, La Moneda prefiere hacer caso omiso de estos o no les has tomado el peso. Así quedó de manifiesto cuando el presidente Gabriel Boric se molestó públicamente con la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, quien advirtió sobre la supuesta presencia del Hezbollah en nuestras tierras. “Le exijo a la ministra que si tiene antecedentes los entregue, pero que no haga declaraciones al tuntún”, señaló entonces.
Las advertencias sobre la eventual presencia de Hezbollah en Chile no solo han llegado de la nación vecina. Ese tema también ha sido objeto de debate en el Senado de Estados Unidos. Y, a su vez, diversos analistas han apuntado a la “amenaza” de la triple frontera, más aún, tras el reciente acuerdo entre Bolivia e Irán -que, a través, de ese grupo terrorista, su brazo armado, es una parte fundamental en la guerra en el Medio Oriente-.
No podemos olvidar que años atrás, sosteníamos que el crimen organizado, en los niveles que existía en otros países de América Latina -con sus consecuentes secuestros, sicariato y otro tipo de situaciones criminales-, no iba a llegar a Chile. Y, actualmente, es parte de nuestra realidad.
No podemos cometer un error similar: hoy más que negar o hacer caso omiso de la eventual amenaza terrorista a nuestro país, debemos poner atención respecto a un fenómeno terrorista que geopolíticamente busque tener a Chile como satélite.