He tenido la suerte de ir dos veces en un año a conocer superficialmente algunas dimensiones de la gestión pública en Paillaco. Lo que podría ser un mero anecdotario se ha convertido en una fuente interesante de análisis y los efectos de la información recopilada han sido notorios, por lo que vale la pena volver sobre la experiencia y contar qué conclusiones se pueden sacar de la última experiencia (ocurrida la semana pasada).
El año pasado, por estas mismas fechas, tuve ocasión de ir a una conferencia en Paillaco. Era un seminario sobre seguridad y políticas públicas. Además del evento aproveché de conocer un poco el funcionamiento del municipio y del Liceo Rodulfo Amando Philippi (conocido como RAP). La experiencia me dejó un montón de aprendizajes y una cierta esperanza al ver a muchas personas orientadas a hacer funcionar la vida social de la comuna.
Una mención denegada
De esa experiencia también supe de un caso que ocurría en el liceo: siendo un establecimiento con 90% de vulnerabilidad de los estudiantes, se habían logrado buenos puntajes y se había desarrollado un proyecto espectacular que nació del trabajo conjunto de un académico universitario con la dirección del colegio.
El asunto es que esa colaboración supuso un apoyo en diseñar un proyecto para formar técnicos en energías renovables. Y ello se trabajó en vinculación al MIT. Con esa documentación se solicitó apoyo a una fundación y ella apoyó para construir una planta pequeña de energía solar y un túnel de viento, formando así en la operación de esas dos fuentes de energía renovable, solar y eólica.
El establecimiento comprendió entonces (hace siete años) que se necesitaba una mención diferente que destacara el tipo de conocimiento de los estudiantes. Fue así como solicitaron al ministerio una mención en energías renovables, la que existe a nivel de los Centros de Formación Técnica (CFT) e Institutos Profesionales (IP).
Pero el ministerio la denegó y señaló que debían esperar cuatro años para repostular con ello. Pasaron los cuatro años y el 2022 se volvió a presentar. Cuando nos enteramos de este caso (digo en plural porque estábamos preparando una presentación conjunta que hicimos con Joaquín Lavín), decidimos incorporarlo a la presentación para motivar la discusión porque nos parecía que el liceo tenía razón por las siguientes razones:
A) Los técnicos en energías renovables son denominados entre los ‘oficios del futuro’ por la transición global hacia energías renovables.
B) La calidad del mantenimiento es crucial en estas plantas, ya que tienen un gran potencial de durabilidad, que decrece fuertemente sin un mantenimiento adecuado.
C) Chile es considerado por Bloomberg como el país con mayor potencial de rentabilidad económica en la transición energética. Es decir, Chile pasará de ser un país relativamente pobre en la capacidad de abordar los asuntos energéticos, a pasar un líder mundial, tanto por el factor de planta de las energías renovables en Chile (muy alto), como por la presencia de los minerales cruciales de la transición energética: cobre, litio, tierras raras, entre otros.
Las menciones más conocidas son electrónica, electricidad, mecánica industrial, mecánica automotriz, construcción, telecomunicaciones, gestión administrativa, gastronomía o técnico en cocina, entre otras. A estas menciones, que son muchas, se solicitaba (como decíamos) la incorporación de energías renovables.
Con la presentación que realizamos gracias a los completísimos antecedentes que recibimos, se abrió la discusión y el liceo adquirió una centralidad inusitada en la discusión pública. Por supuesto, hay liceos que hacen noticias, pero habitualmente por asuntos muy negativos. No fue el caso.
El caso removió cimientos y significó que se incorporara al liceo como uno de los Liceos Bicentenarios, un gran reconocimiento al trabajo y una oportunidad de crecimiento. Fue un buen paso que ha aportado orgullo a la comunidad escolar, a la comuna y la región.
Un desafío para las instituciones
Este año volví a Paillaco, ahora a una actividad en el ya mencionado liceo. A decir verdad, con la información que manejaba había asumido que se le había cursado la mención en energías renovables. Pero estando en el liceo me enteré que no era así. Se ha informado al liceo que la mención no se creará, sino que se adaptará la mención en electricidad para que esté incorporada la temática dentro de ella. Habrá que decir que es una mejora ante la respuesta de la vez anterior, pero vale la pena pensar si es una medida adecuada. El liceo, que no está del todo de acuerdo, ha aceptado el camino y ha colaborado con ello.
Pero cuesta creer que no se avance con decisión. Es como si los países petroleros llamaran a sus técnicos en petróleo, “técnicos en combustible”. Es cierto que la mención “técnicos en hidrocarburos” existe en países donde confluye la extracción de petróleo y gas, pero incluso ese nombre más genérico refiere a las tareas que se ejecutan realmente, no al servicio final de lo que hacen los técnicos.
Porque imaginar que un ‘técnico automotriz’ (que arma y repara automóviles) se ha de llamar ‘técnico en transporte’ (porque los autos transportan), nos resultaría inadecuado con toda probabilidad.
Pero asumimos razonable que se declare técnico en electricidad a alguien experto en mantenimiento de instalaciones de energías renovables. De este modo, el caso del Liceo RAP de Paillaco nos muestra un desafío para el Ministerio de Educación, que debe ser capaz de abordar la compleja ruta de diseñar líneas completas de formación para uno de los grandes capitales del futuro de Chile.
En la última década se calcula que alrededor de US$20.000 millones han llegado en inversiones en proyectos de energías renovables. Esa cifra probablemente crecerá cuatro o cinco veces en la próxima década.
Esta experiencia nos enseña que las decisiones de las autoridades y el estudio de los casos debe mejorar. Es altamente probable que finalmente la mención de energías renovables se cree en los próximos años. ¿Por qué tiene que ocurrir una década después que apareció el requerimiento con un caso concreto que es además de éxito? La calidad de las decisiones políticas y la ponderación adecuada de los procesos es crucial.
Cuando se habla de la capacidad de dar cuenta de las dinámicas de los territorios, no solo hablamos de las tradiciones, costumbres, etnias o la historia de un lugar. También hablamos de ser capaces de traducir las problemáticas de un lugar a la política nacional. En este caso no lo hemos logrado. Paillaco va por delante de Chile a partir de este liceo, pero no obtiene de las instituciones las respuestas fundamentales.
Un nuevo Cesfam, sin médicos
Pero en esta visita no solo me enteré de esto. Otra situación que pude conocer fue la siguiente. El día miércoles 21 estábamos en una reunión con el Consejo Asesor del mencionado liceo y arribó el alcalde, Miguel Ángel Carrasco, quien venía de una discusión en el Concejo Municipal.
Pidió disculpas por llegar un poco tarde y después comentó que había una discusión en el Concejo Municipal que le quitó tiempo. Cuando ya estaba por retirarme a la estación de buses, me enteré lo que había pasado porque circulaba la grabación de dicho concejo municipal y me llamó la atención.
La historia es simple: la comuna tiene un nuevo CESFAM (aprovecho de decir que es espectacular). Pero las instalaciones del CESFAM tienen un problema: no hemos sido capaces en Chile de resolver la falta de médicos en regiones y por ello han hecho diversas convocatorias para llenar las plazas de médicos y no se ha logrado.
Es un hecho irrefutable que en este ítem tenemos un desafío pendiente. Los sistemas de incentivos han fallado, pero además la falta de cultura de servicio público en la medicina, afectan esa ruta.
Mi abuelo fue médico de zona toda su vida en Chile y no se le habría ocurrido otro ejercicio de su profesión. Por supuesto, la vocación tuvo sus costos (enormes), tanto en su salud como en sus ingresos, pero al menos hay numerosas personas en numerosos pueblos y ciudades que escuchan su nombre y se emocionan.
Lo concreto es que en Paillaco, en medio de una instalación nueva, espectacular, y con equipamiento de gran calidad, faltan médicos. Y eso implica que hay citas agendadas por las personas que se perderían si no se consigue a alguien que cubra la consulta.
Ante este escenario, el alcalde de Paillaco, que es médico, decidió ir a atender turnos fuera de su horario de trabajo. Pero fue denunciado por otros actores políticos de la zona, asumiendo que está cometiendo una infracción. La verdad es que desconozco si el caso amerita formalmente una denuncia, pero hay cosas de sentido común: si un alcalde, gracias a su conocimiento y práctica de una profesión u oficio, realiza esas tareas en bien de la comunidad, es bastante absurdo que los rivales políticos busquen enlodar el proceso.
Estas son escenas que hablan de la calidad de la política y de la necesidad de limitar los conflictos estériles y las denuncias que pretenden simplemente sacar a competidores electorales. Hay elementos mínimos de criterio y ética que no deberíamos olvidar.
En la grabación que comparto, del concejo municipal, se ve a una dirigente vecinal que va a plantear el tema de los médicos en el CESFAM y se discute sobre la problemática experiencia del alcalde.