Sobre todo, enero, pero también marzo, septiembre y diciembre emergen como los periodos más letales del año.

Chile ha sido testigo de un aumento alarmante en los homicidios en los últimos años. Ello es preocupante y es bueno que así sea, pues lo peor es cuando este tipo de crimen se normaliza. Nadie habla, sin embargo, de la concentración de estos crímenes en ciertos meses específicos. Sobre todo, enero, pero también marzo, septiembre y diciembre emergen como los periodos más letales del año.

¿Qué factores podrían estar detrás de esta estacionalidad?

Los datos del periodo 2018-2023 muestran, consistentemente, que enero es el mes con más homicidios consumados. Además, tanto en 2022 como en 2023, se observan picos adicionales en marzo, septiembre y diciembre. Esta tendencia sugiere que los homicidios en Chile no solo están aumentando en número, sino que también pueden estar siguiendo un patrón temporal.

Considerando la literatura internacional sobre el tema, se pueden levantar algunas hipótesis sobre los factores posibles detrás de esta estacionalidad.

Los meses de verano, como diciembre y enero, están marcados por un aumento de actividades sociales y celebraciones. La interacción social incrementada y el consumo de alcohol durante estos periodos pueden ser factores que contribuyen al aumento de conflictos violentos.

Marzo marca el inicio del año escolar y laboral en Chile, un periodo asociado con estrés económico y social. Los mayores gastos y la vuelta a la rutina pueden exacerbar tensiones familiares y sociales, derivando en un incremento de los homicidios.

En septiembre, las Fiestas Patrias, con su alto consumo de alcohol y celebraciones públicas, también pueden contribuir a un aumento en los comportamientos violentos.

Necesidad de prevención

De ser cierto que está emergiendo una estacionalidad de los homicidios, ello no sería algo inédito. Se trata de un fenómeno documentado en la literatura científica internacional. Si bien la evidencia no es totalmente conclusiva, hay varios estudios que establecen que los homicidios se concentran en unos meses más que en otros. Por ejemplo, estudios en Estados Unidos han mostrado un aumento de homicidios durante los meses de verano y en diciembre, vinculados con eventos significativos y celebraciones.

Además de estas correlaciones, establecer la causalidad detrás de estos patrones es un desafío mayor.

Factores ambientales, sociales, económicos y biológicos pueden interactuar de maneras complejas y contextuales. La vida nocturna y el uso de sustancias, asociada a celebraciones nacionales, por ejemplo, también son factores que incrementan la incidencia de homicidios durante estos periodos. En México la estacionalidad de los homicidios se asoció con el ciclo productivo de comercialización de la droga.

La investigación sociológica futura debe enfocarse en describir y explicar estos patrones emergentes, permitiendo así respuestas más rápidas y adecuadas, y una prevención más efectiva a largo plazo. La posible estacionalidad de los homicidios en Chile es un fenómeno que merece atención y estudio, no solo para entender sus causas, sino también para prevenir futuras tragedias.