Chile ha avanzado decididamente en reducir el riesgo de desastres y fortalecer nuestros sistemas de alerta temprana en la última década.

El terremoto de Magnitud 7.3, con epicentro en la región de Antofagasta registrado el jueves 18 de julio, nos recuerda que Chile está altamente expuesto a esta amenaza y de ahí la importancia de reflexionar sobre nuestra preparación frente a este tipo de eventos y las acciones que realizamos para reducir su impacto.

En este sentido, el mencionado terremoto es un recordatorio para seguir fomentando una cultura de la prevención, aspecto que se ha ido fortaleciendo en la última década a través de un proceso constante de extraer aprendizajes de las diversas emergencias que han impactado a nuestras comunidades.

¿Cuánto hemos avanzado desde el terremoto de 2010 a nivel institucional?

Así, desde el terremoto del 27 de febrero de 2010, un punto de inflexión en la manera en que gestionamos el riesgo de desastre, Chile ha realizado avances significativos en su capacidad de respuesta y preparación.

Por ejemplo, el robustecimiento de capacidades del Centro Sismológico Nacional ha sido un pilar fundamental en el monitoreo y estudio de la actividad sísmica del país, la modernización del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile -SHOA- y de la entonces Oficina Nacional de Emergencia, hoy el nuevo Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres -SENAPRED- ha permitido consolidar un robusto sistema de alerta temprana en relación con este tipo de amenaza.

Adicionalmente, el país ha continuado impulsando políticas públicas e innovaciones en estas materias, entendiendo que la gestión del riesgo de desastres debe ser un tema de Estado. Prueba de ello, es el proyecto liderado por el Ministerio de Obras Públicas que implica la instalación de más de mil sirenas a lo largo de toda la costa de Chile, incorporando, sistemas de comunicación redundantes a través de redes satelitales.

Esta iniciativa, es un ejemplo del trabajo con los distintos integrantes del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres para continuar fortaleciendo el actual Sistema de Alerta Temprana frente a tsunamis a nivel nacional, en donde las sirenas de borde costero se complementan con otras inversiones como el Sistema de Alerta de Emergencia para celulares (SAE) que han demostrado su efectividad al momento de evacuar a ante la ocurrencia de un terremoto con riesgo de tsunami.

Preparación de las comunidades

No obstante, en Senapred entendemos que los sistemas de alerta temprana no sólo se componen de infraestructura y tecnología; la preparación de las comunidades es un aspecto esencial en esta gestión. El éxito de estos procesos depende que las personas y comunidades se involucren y sean conscientes de las acciones que pueden contribuir a su seguridad y la de su entorno.

Justamente, el programa de simulacros Chile Preparado, liderado por SENAPRED en la última década, ha jugado un relevante papel en la educación y preparación de la población.

Próximamente, se realizarán importantes ejercicios en la zona norte: un simulacro de sismo y tsunami en el borde costero de la región de Tarapacá el 7 de agosto y otro en el sector educación de la Región de Antofagasta el 31 de julio.

Desde hace varios meses nuestros equipos han estado trabajando junto a las autoridades locales y regionales para hacer de estas actividades una oportunidad de poner a prueba las capacidades de los sistemas regionales de prevención y respuesta ante desastres y, sobre todo, reforzar en la ciudadanía la necesidad de saber qué hacer y cómo actuar ante una situación de emergencia.

Planes de emergencia a nivel local

Participar en este tipo de simulacros no solo ayuda a estar mejor preparados individualmente, sino que también fortalece la capacidad de respuesta comunitaria y nacional ante un eventual desastre. Lo anterior debe ser complementado con otras acciones como conocer los planes de emergencia definidos a nivel local, informarse de las zonas de inundación por tsunami y vías de evacuación en nuestro Visor Chile Preparado y estar atentos a las instrucciones que puedan determinar las autoridades en caso de emergencia. De igual forma, el contar con una mochila o kit de emergencia, con elementos esenciales para los primeras 72 horas después de un desastre, puede marcar una gran diferencia.

Chile ha avanzado decididamente en reducir el riesgo de desastres y fortalecer nuestros sistemas de alerta temprana en la última década. No olvidemos que continuar preparándonos e invirtiendo en resiliencia es el camino para un desarrollo seguro y sostenible.

Invitamos pues a participar activamente en los simulacros e iniciativas de prevención junto a la comunidad, pues estar preparados es tarea de todos y todas.