La avaricia descontrolada de los salmoneros es tan escalofriante como desesperanzadora. Esperamos que las autoridades pongan coto a las atrocidades.
Los casos de Multi X y Nova Austral
En las últimas semanas, se dio a conocer que la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) formuló cargos gravísimos contra Multi X por la sobreproducción de 7.271 toneladas de salmones en uno de sus centros en la Reserva Nacional Las Guaitecas, ubicado en Aysén.
Una acción que se concretó gracias a la publicación de una completa investigación elaborada por Fundación Terram en mayo pasado. Esta reveló una serie de infracciones de la industria salmonera a la normativa ambiental, relativas a la cosecha ilegal de al menos 67.000 toneladas de salmones, que habrían reportado ganancias por $660 millones de dólares e involucrando a nueve empresas con presencia dentro de las Reservas Nacionales Las Guaitecas y Kawésqar.
Multi X es sólo la primera de esas nueve empresas en recibir cargos por este caso, el que nos recuerda lo ocurrido con Nova Austral, quien obtuvo ganancias ilícitas por más de 3.700 millones, demostrando lo sistemático de estas conductas por parte de la industria.
Industria que miente sistemáticamente
Cada vez que alguien ‘mueve una piedra’ en la industria salmonera, aparece un nuevo hecho de esta naturaleza: sobreproducciones, contaminación de territorios, falsificación de datos de mortalidad y morbilidad de sus peces y accidentes en sus operaciones. Son acontecimientos a los que nos hemos acostumbrado en los últimos años, pero que deben comenzar a ser sancionados con rigor.
Por eso es tan extraño como indignante escuchar al sector interpretar el rol de víctimas ante las catástrofes que ellos mismos han provocado.
Hace unos días, en el marco de la realización del Salmón Summit (el encuentro de la industria), sus líderes acusaron “señales negativas” y “faltas de confianza, de entender y conocer lo que hacemos”. Parecieran olvidar que las confianzas se construyen y que es difícil que las comunidades y las autoridades crean en industrias que sistemáticamente mienten, engañan y ocultan información.
En la oportunidad, incluso un expresidente de la nación aseguró que el sector opera “sin un peso del Estado”. Me parece pertinente aclararle al señor Frei, que el sector ha recibido millonarios subsidios; ejemplo de ello es que en 2022 se reveló que Nova Austral recibió más de $131 mil millones en subsidios por Ley Navarino y se estima que entre 1989 y 2020 la industria en su conjunto recibió cerca de 300 mil millones de pesos de subvención, montos que incluso se entregaron bajo su propia administración.
¿Qué más quiere el sector salmonero?
Y no sólo eso, ante la ausencia de autoridades del poder central en el enclave salmonero, el presidente de SalmonChile, Arturo Clément, y otros ejecutivos de la industria -incluído el presidente de la ya mencionada Multi X, José Ramón Gutiérrez- acusaron la falta de diálogo con el Estado, olvidando que hace muy poco se sentaron a conversar con aquellas autoridades en el living de connotados lobbistas.
Me pregunto, ¿qué más puede querer este sector?
Han arrasado con el sur de nuestro país, contaminado sus aguas y sembrado la discordia entre sus comunidades. Han logrado que las autoridades miren al costado cada vez que surgen denuncias de mal accionar. Han ganado millones de dólares en cosechas ilegales de sus productos; se han beneficiado con miles de millones de pesos provenientes de las arcas fiscales… ¿y quieren más?
La avaricia descontrolada de los salmoneros es tan escalofriante como desesperanzadora.
Esperamos que las autoridades pongan coto a las atrocidades (ilegales o, en ocasiones, en el límite de lo permitido y que bajo la nueva legislación que modificó el Código Penal, corresponden a delitos económico- ambientales) que esta industria se ha acostumbrado a cometer y que de una buena vez dejen de “ningunear a la gente del sur” como el presidente de SalmonChile irónicamente aseguró en su exposición.
Señor Clément: los únicos ninguneados son los ciudadanos y las comunidades que piden se frene la contaminación de sus ecosistemas y las ilegalidades, por parte de la irresponsable industria que usted representa.