Sr Director:
Varias cartas y artículos se han publicado en su medio donde critican mi carta al director del Mercurio del pasado jueves 4 de Julio, titulada “Se penaliza el aborto en la pesca”. En ella reflexionaba sobre la indicación presentada a la ley de pesca por un diputado del Frente Amplio (FA) en relación a la posición sobre el aborto de esa misma agrupación.
Resulta preocupante la falta de comprensión lectora de quienes me critican en su medio.
Mi carta no se refería al mejor o peor trato que debe darse a los animales o los peces. No es una carta sobre zoología o ictiología ni menos sobre ética animal. Es una crítica política sobre el doble estándar incomprensible de personeros del FA que so pretexto de mostrar misericordia y consideración con los animales, al mismo tiempo no muestran la más mínima humanidad ni piedad con su propia especie, promoviendo el aborto sin límites, de fetos sintientes.
Y lo más paradojal, es que se consideran mejores personas porque abogan para que una merluza tenga mayor protección y cuidado que un ser humano.
Detrás de estas indicaciones hay ONGs, que no representan a nadie, que no son responsables ante nadie y que muchas veces las financian competidores industriales de Chile.
No se puede dejar de advertir nuevamente que la indicación del diputado del FA solo manifestara el cuidado por los peces capturados por el sector industrial, cuando en muchas pesquerías el sector artesanal captura más del 50% de la cuota.
Mi carta no tenía otro propósito que denunciar una impostura moral que pretexta erradicar la crueldad contra los animales mientras la promueven con sus congéneres.
No era tan difícil de entender.