EFE | Edición BBCL

Joe Biden, crónica de una muerte anunciada

08 julio 2024 | 10:45

Mientras en Chile, la Senadora Ximena Rincón, presidenta del Partido Demócratas, confiesa que: “A nosotros se nos hace muy cuesta arriba apoyar candidaturas de republicanos”, sus primos de Estados Unidos, no lo están pasando mejor.

Hay que decirlo, la performance del presidente Biden fue un completo desastre, totalmente perdido en los temas y los tiempos del debate le entrego un triunfo en bandeja de plata para Donald Trump, que recordemos está actualmente condenado por un tribunal de Manhattan en Nueva York, mientras sigue en un proceso de largo de apelación.

La condena es por 34 delitos de falsificar registros comerciales, con la finalidad que no saliera a la luz el pago por favores sexuales de la actriz de cine para adultos Stormy Daniels.

En este sentido el juez Juan Merchan nos informó que dictará sentencia el próximo 11 de julio a las 10 a.m., en donde Trump podría seguir los pasos de Eugene V. Debs, candidato del Partido Socialista quien postulo para ser presidente de Estados Unidos en 1920 desde una cárcel en Atlanta.

Lo que está en juego

El futuro de la OTAN y su rol en la guerra de Ucrania contra Rusia también están en juego en esta elección, pues Estados Unidos es el principal sostenedor financiero y militar del bloque.

Muchos analistas ven en la frase de Trump de “terminar este conflicto en dos días”, que estaría dispuesto a aceptar la propuesta de Putin de terminar las hostilidades si Ucrania retirar sus tropas de las cuatro regiones anexionadas por Moscú en 2022 y renuncia abiertamente a ser miembro de la misma OTAN. Pero en la realidad, este tema es concerniente al mundo, no al votante medio de Estados Unidos.

Los Demócratas están en un verdadero zapato chino, por una parte, dejar caer a Biden significaría que por primera vez en la historia un presidente en ejercicio y proclamado por su partido, sería reemplazado por ser mal candidato. Esto se perfila como un golpe al ego y corazón de una administración que lucha por ser recordada como aquella que reactivo el país. De la misma manera, la elección de un potencial reemplazante significaría una verdadera guerra civil al interior del partido del Burro.

Los que aun albergan esperanzas de mantenerse en la Casa Blanca empujan de manera insistente figuras como el gobernador de California Gavin Newsom, la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer, el gobernador de Kentucky Andy Beshear o el gobernador de Pennsylvania Josh Shapiro.

Todos estos candidatos, considerablemente más jóvenes de Trump (78 años) y Biden (81 años), pero corren contra el tiempo para desplegarse en los llamados “Estados Bisagras” para poder llegar a disputar de manera real la presidencia.

Los Estados industriales de los grandes lagos: Míchigan, Pensilvania, y Wisconsin además de los llamados Estados menores de Arizona Georgia, Iowa y Carolina del Norte siguen muy abiertos si es que se toma la decisión a tiempo. Sin olvidar a los buenos desempeños en Nuevo Hampshire y Virginia, los Demócratas llevan años consolidando su mayoría en Colorado y Nevada. Sin embargo, los Republicanos han hecho lo propio, justamente, con los dos “Grandes” Estados en disputa que son Florida y Ohio.

Pero esta estrategia se estrella contra una compleja realidad, pues el llamado reemplazo “natural” del presidente Biden no serían estos Gobernadores, sino que la vicepresidenta Kamala Harris de 59 años, pero con quien se estima, las posibilidades de perder son enormes. Incluso algunos prefieren perder la contienda con Biden a la cabeza que con Harris. El problema es que las razones para “by pasear” a la vicepresidenta deben ser sólidas, sin considerar su natural resistencia a ser dejada de lado, lo que sepultaría su carrera política en el país del norte.

Incluso queda espacio para que una tapada Michelle Obama asuma la bandera de evitar que Trump nuevamente se alce con el triunfo, pero nuevamente la pregunta seria a qué precio, y que significaría para el futuro de los Demócratas todo este desaguisado.

Para un partido que ha perdido parte importante de su fuerza joven como consecuencia del apoyo de Biden a las políticas militares de Israel y la cada vez más conflictiva agenda “Woke” dentro de las administraciones demócratas, la figura de Obama podría ser la pieza para evitar una derrota, pero no asegura un futuro esperanzador para el partido. Es la crónica de una muerte anunciada.