Este mes un sondeo de Criteria reveló que, el acceso universal a la salud de calidad, aparece como tercera urgencia país entre una lista de 20 problemas. Resulta indispensable, entonces, que se cumpla el compromiso hecho por el gobierno de mandar un proyecto de reforma a la salud antes del 1 de octubre.
Para esto es importante que el Ejecutivo no cometa errores del pasados ni se tiente con convertir este proyecto en una bandera política, a pocos días de las elecciones municipales que se harán a finales de octubre. Ya se ideologizó bastante durante la discusión de la Ley Corta de Isapre y, hacerlo ahora, echaría por la borda el ánimo unánime para realizar una reforma al sistema de salud.
Propuestas del Comité de Salud
En ese sentido sería una muy buena señal que para este proyecto, el gobierno considere algunas de las propuestas realizadas por el Comité para la Reforma de Salud, que se constituyó el año pasado a pedido de la Comisión de Salud del Senado. En esta instancia, se lograron acuerdos entre expertos con distintas miradas políticas en donde primó el sentido de urgencia y el fin último: dar acceso oportuno de salud.
Si estas recomendaciones -validadas por expertos- no se consideran, el gobierno partirá con el pie izquierdo y se dilatará mucho más la discusión en el Congreso. Por tanto, dar el ejemplo desde el Ejecutivo de primar el tecnicismo por sobre la politiquería, es una señal no sólo importante, sino que también necesaria.
Mejoras al sistema público y al privado
Es primordial poner metas concretas y plazos que puedan concretarse. Para un acceso de salud universal, primero hay que mejorar tanto el sistema público como el privado. No servirá de nada si uno se perfecciona y el otro no lo hace.
Desde Fonasa es prioritario mejorar la gobernanza que, de verdad, garantice acceso a la salud de las personas y tener una oferta de plan ampliado que garantice más prestaciones.
Por otro lado, en el sector privado se debe establecer un plan transversal a todo el sistema privado, donde se terminen las preexistencias y se tenga un fondo de compensación para satisfacer las necesidades de salud de sus afiliados.
Una arista transversal a mejorar son las licencias médicas desde la gobernanza hasta las sanciones por falsificaciones. Parte de estos puntos fueron mencionados por el gobierno como la eliminación de las preexistencias y las licencias.
Si el proyecto contiene estos puntos, seguramente se podrá avanzar de forma expedita. Sin embargo, no hay que olvidarse de lo más importante: lo que quiere la gente y, sobre todo, sus temores.
En la encuesta mencionada anteriormente, los temores frente a la capacidad de respuesta del sistema frente a un problema de salud son: no tener atención oportuna y quedar en lista de espera; falta de especialistas y cobros superiores a su capacidad de pago. Además, el 71% de los encuestados dijo estar de acuerdo con que todas las personas deberían poder elegir entre salud privada o pública, independiente de su capacidad de pago.