Uno de los primeros en alzar su voz fue en Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, señalando su condena enérgica a los acontecimientos que se estaban registrando frente al palacio de gobierno del país vecino, con movimientos de tropas y tanques.
Lo hizo desde Paraguay, donde se encuentra sesionando la organización regional. Agregó que el Ejército debe someterse al poder civil legítimamente elegido y que la OEA no tolerará ningún quebrantamiento del orden constitucional legítimo en Bolivia o cualquier otro lugar. Se debe señalar que este planteamiento está en línea con la Carta Democrática aprobada en la región americana.
Hay que destacar también el inmediato pronunciamiento de la Unión Europea a través del Alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, condenando cualquier intento de quebrantar el orden constitucional en Bolivia y derrocar a gobiernos elegidos democráticamente, expresando su solidaridad con el pueblo y gobierno de dicho país.
A ello se seguirán agregando, en el mismo sentido, otras reacciones.
Cuadro de tensione en Bolivia
La asonada golpista se da en un cuadro de tensiones en la nación altiplánica y de crisis económica, marcada particularmente en el área energética. Además, en lo político tiene lugar un polarizado enfrentamiento en el principal partido, Movimiento al Socialismo (MAS), una de cuyas fracciones encabeza el Presidente de la República, Luis Arce y, la otra, el ex Presidente Evo Morales, quien, pese a los impedimentos jurídicos, ha insistido en postularse en las próximas elecciones presidenciales.
No obstante la situación descrita, es destacable que haya existido frente al intento sedicioso una reacción común de condena, incluidos los principales actores políticos y de la sociedad civil boliviana. Esto abre expectativas para generar un diálogo que permita un camino de acuerdos para atenuar las tensiones y cuidar y fortalecer el sistema democrático.
También se debe consignar la actitud de los nuevos comandantes en jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, los cuales, luego de prestar juramento ante el Presidente de la República, llamaron a los militares a retornar de inmediato a sus cuarteles.
Es de esperar que lo ocurrido sea una voz de alerta para todos los actores y la ciudanía boliviana en el sentido de superar, con voluntad democrática, espíritu cívico y de entendimiento, los problemas que están presentes. Hay que reaccionar a tiempo. Así lo muestra la experiencia histórica.