Parece completamente paradójico que el Gobierno que se llama a sí mismo como de “Izquierda” sin apellidos ni bemoles, este impulsando con tanto ahincó el levantamiento del secreto bancario. A contrario de lo que se piensa, desde una perspectiva política, pueden estar implementando la mayor de las iniciativas para cimentar el camino al próximo Bukele chileno, que les advierto, no será uno vinculado a las élites Gobernantes actuales del Frente Amplio o la ex Concertación.

Hay que reconocer que posicionar el levantamiento del secreto bancario es un punto político positivo para el Gobierno. Centra sus ataques en la precandidata mejor evaluada de la oposición, Evelyn Matthei, y además, pone en la agenda pública un tema que pocos comprenden y mucho menos conocen sus implicancias.

¿Ajuste a la Ley Orgánica de Banco Estado?

Sin embargo, hay que considerar que la mayoría de los chilenos son parte del sistema bancario a través de una entidad estatal como lo es Banco Estado. También no es un misterio que la mayoría de los extranjeros en Chile usan esta entidad apenas obtienen su número de identificación nacional. Asimismo lo hacen una gran cantidad de micro, pequeñas y medianas empresas.

Es sin duda el Banco de los emprendedores, de los nuevos influencers, pero también es el Banco de los narcotraficantes, las barberías y las ópticas. Es también el que gestiona la cuenta única fiscal.

Si nuestros impuestos van a parar a la misma entidad que, según los expertos, se utiliza de manera predilecta para generar el lavado de activos, entonces cabe preguntarse, si no será mejor hacer un ajuste a la ley orgánica de Banco Estado para poder generar un real golpe al crimen organizado.

Confianza y control estatal

La respuesta es más política que técnica, no existe confianza en los empresarios y en el sector privado, al menos de parte de los partidos y políticos que son inquilinos actuales de la Moneda. Mismos empresarios que fueron financistas irregulares de la política durante décadas, pero a los que no tienen problema con entregar concesiones de Litio por varios años más.

Cabe preguntarse de igual manera, si es prudente entregar el poder al director de SII de solicitar estos datos bajo su criterio, siendo este un funcionario de confianza del presidente de la república de turno. ¿Podemos confiar en un Estado en donde se roban millones de claves únicas sin tener una capacidad real de impedirlo?

Este alzamiento de secreto será, uno se imagina, tanto a empresas chilenas como extranjeras, entonces ¿Qué dirá Aramco, la empresa estatal Saudí que acaba de adquirir la matriz de Petrobras en Chile? Se han preguntado que dirán los ya alicaídos inversores del Gobierno Chino, al verse forzados a mostrar las transacciones de sus empresas estatales en Chile.

En una crisis mundial de la desconfianza, el controlar los aspectos de la vida de los ciudadanos se ha transformado en el gran caballito de batalla de los Estados que han renunciado a ser democráticos.

Un round ganado, pero con consecuencias

Tanto el Salvador como Nicaragua y Venezuela, tienen un fuerte control del sector bancario. Pero claro, para sus opositores; pues las ayudas de potencias como Rusia e Irán, difícilmente serán consideradas como parte de estos controles.

Ahora, si nos preguntamos quién llevará a cabo la tarea de recopilar la información obtenido del alzamiento del secreto bancario, propongo el nombre de Winston Smith, funcionario del Ministerio de la Verdad dentro la obra de George Orwell “1984”. Alguien, al final del día, como nos muestran estudios desde hace muchos años -como los de Scott (1997) y Kerser (2001)-, será influenciado y potencialmente corrompido.

El Gobierno ganó un importante round contra la oposición, qué duda cabe, pero a costa de una propuesta que puede ir en contra de sus propios intereses como proyecto político y social. Ha sido la línea de trabajo de la actual administración. Es sorprendente que no lo vean venir.