El frente de mal tiempo que ha azotado a la región del Biobío, incluyendo trombas marinas, derrumbes en carreteras, salidas de causes, anegamiento de viviendas y lluvias como ya se nos había olvidado, nos trae al presente nuestra vulnerabilidad para enfrentar estos eventos catastróficos. Faltó prevenir e invertir con anticipación.
Similar tormenta en un invierno que aún no comienza, se nos hace presente ahora en la política regional con la tramitación de la Nueva Ley de Pesca, que busca cambiar a la vieja pero vigente Ley.
Sabíamos que podía pasar, ya lo habíamos vivido duramente he igual se intenta cruzar el río que viene subiendo y con mayor caudal, como son las elecciones y la proximidad del término del gobierno actual. Ello termina arrastrándonos con su corriente hacia un nuevo escándalo de corrupción cuando ya lo creíamos superado. Este es un golpe de realidad duro y en medio de condiciones climáticas -digo, políticas- adversas, con una ciudadanía que está más atenta a la lucha contra la delincuencia, que a estas cuestiones.
Nueva Ley de Pesca
Con todo, estamos doblemente golpeados y cuando aún después de más de un año del escándalo fundaciones, no hay formalización de los implicados, se nos instala sin aviso un nuevo escándalo en materias que muchos creían superadas. Y tempranamente la realidad nos dice lo contrario. En una paradoja que en símil con la dura sequía de verano contrasta con la más que abúndate lluvia y agua que nos tiene mojados y a intermitentes horas de oscuridad.
El Gobierno a pesar de no tener los votos por ser minoría total en el Senado y parcial en la Cámara de Diputadas y Diputados, apoya con ingenuidad infinita un Proyecto de Nueva Ley de Pesca sabiendo que la mayoría de la opinión pública está preocupada de la falta grave de ausencia de Seguridad Pública. A pesar de eso, esta ley se tramita sin tener en cuenta el contexto político y los tiempos electorales.
Personalmente, creo que la actual ley es un fruto envenenado desde su origen, y debe ser revisada. Mas hoy, no hay condición alguna para ello, por lo que he señalado aquí, como señalaré más adelante.
El resultado de aprobarse en estas condiciones, puede terminar siendo una peor y más oscura ley que la anterior. Todos sabemos cómo ingresa una ley, nunca se sabe cómo va a salir dicha ley.
Creo que hay un voluntarismo de buena fe, pero de escaso análisis político sobre lo que está etapa final del gobierno del Presidente Boric requiere. Y esto, no es prioritariamente una nueva Ley de Pesca.
En la anterior Ley de Pesca, la derecha sacrificó al senador Jaime Orpis para proteger a sus otros parlamentarios. Hubo financiamiento ilegal a la política, muchas indicaciones hechas por las pesqueras y presentadas por sus diputados y senadores para proteger a la gran industria pesquera.
La historia se repite con la misma ley y los mismos actores
Hoy, los parlamentarios deben revelar qué gerentes de pesqueras les hicieron llegar las indicaciones clonadas en cada región. Es necesario determinar si estas indicaciones son mera coincidencia o si tienen un origen común. La gran cantidad y exactitud de estas indicaciones sugiere lo segundo. Cada parlamentario debe explicar su origen, especialmente en la región del Biobío, conocida por su historia reciente de indicaciones clonadas, conflictos de interés, cohecho y fraude al fisco. Estos delitos, que pueden conllevar penas de cárcel, ya han tenido consecuencias significativas. La UDI perdió el cargo de un senador de la república, y CORPESCA y su gerente general, Francisco Mujica, fue condenado por fraude tributario.
Los diputados y senadores de la UDI deben aclarar frente a la ciudadanía cuál fue su participación en este nuevo intervencionismo ilegal de las pesqueras en lo que pretendía ser una Nueva Ley de Pesca que buscaba reparar el daño causado por quienes operaron del mismo modo que hoy presenciamos.
En la anterior ley, fui censurado y destituido del cargo de Vicepresidente del Senado por publicar en mis redes sociales, como Senador del Biobío, un listado de las donaciones permitidas por la Ley de Financiamiento a las campañas políticas. En un tuit, mencioné los montos de dinero que habían recibido varios senadores, información que estaba disponible en el portal del Servel.
No se aprende nada
En la industria pesquera, no se ha aprendido ninguna lección. Las sanciones recayeron en un chivo expiatorio y se negó la opción de profundizar en la búsqueda de la verdad, apostando en cambio al empate político frente a la Ley.
La región del Biobío no resiste un nuevo escándalo de corrupción en la pesca perteneciente al sector privado como tampoco en el sector público, que ya conocemos a través del caso Fundaciones.
Hasta ahora, un diputado UDI de la zona, aparece en el centro de este escándalo y es el único que se niega a retirar la firma de esas 211 indicaciones. Este diputado y los gerentes de las pesqueras en Biobío han guardado riguroso silencio.
En una paradoja increíble, el binomio Ley de Pesca y Elecciones Populares vuelven a renacer desde las cenizas, y todos y cada uno de los candidatos a gobernador, alcaldes , consejeros regionales y concejales, deben fijar posición frente a estos hechos y alejarse de una reacción corporativa.
Especialmente la UDI que reincide en estos hechos y que busca llevar a un Gerente de una Pesquera a la que ha renunciado recientemente, al más alto cargo político de la región, como lo es el Gobernador Regional.
Más allá de la idoneidad ética de los servidores públicos, sobre la cual no tengo objeción alguna para ninguno de los candidatos, incluyendo al candidato de la UDI, es ineludible en Biobío—la región que encabeza los escándalos del Caso Fundaciones—salvaguardar que la región capital pesquera de Chile no se vea envuelta en un nuevo escándalo, como podría suceder con las indicaciones clonadas dada su gravedad.
Ni la política, ni la ciudadanía, ni el sentido común pueden soportar esta tormenta perfecta en nuestra región. La democracia se defiende con más democracia y la corrupción no se combate con más corrupción, sino con más transparencia.