La comisión investigadora de la Cámara de Diputados llegó a una conclusión categórica: “Estamos en presencia de verdaderas redes de corrupción y tráfico de influencias”.
Se han dañado nuestras instituciones de una manera brutal. La gente siente que algunos poderosos pueden hacer lo que quieran impunemente. La única manera de devolverle la credibilidad a las instituciones de nuestra República, es que los responsables del caso Hermosilla paguen con cárcel.
El caso Hermosilla es digno de un guion cinematográfico:
• Audios de abogados diciendo que deben hacer caja para pagar coimas para favorecer a poderosos empresarios.
• Conversaciones del ex director general de la Policía de Investigaciones pidiéndole gestiones al señor Hermosilla para su designación.
• El mismo ex director de la PDI pasándole información de investigaciones secretas que involucraban a altos personeros, como el señor Torrealba, Guevara, y el propio ex Presidente Piñera.
• Información de investigaciones de cuentas secretas en Panamá.
• Información que el señor Hermosilla entregaba al señor Chadwick, su socio, amigo del alma, ex ministro del Interior, y primo del ex Presidente Piñera.
• Millonarios contratos firmados con los ministerios del Interior, Defensa, Salud y Transportes, solo horas antes de terminar el gobierno del ex Presidente Piñera.
• Jueces que se comunicaban con el señor Hermosilla para ser nombrados en importantes cargos, que luego, como hacia el magistrado Antonio Ulloa, le enviaban poemas todas las mañanas en agradecimiento al señor Hermosilla.
• Una ministra de la Corte Suprema, como la señora Angela Vivanco, que su marido le ofrecía al fiscal Palma un doctorado y un cargo en fiscalía a cambio de apoyar al candidato a fiscal nacional que competía contra Ángel Valencia.
Hermosilla es solo parte de un engranaje mayor
La pregunta es: ¿a cuánto estamos de que aparezcan compra de fallos, o tarifarios, por fallar de determinada manera?
Y hay que decirlo con todas sus letras: el abogado Luis Hermosilla es solo parte de un engranaje mayor. Hermosilla no es un gran penalista, sino un operador. La herramienta de los poderosos para alcanzar la impunidad. O para ser nombrados como jueces, notarios, fiscales o directores de las policías.
Los chats de Hermosilla son una caja de Pandora. Lo que hemos sabido acá es solo la punta del iceberg de la mayor red de corrupción de nuestra historia.No cabe duda que por estos chats, mucha gente poderosa hoy no debe dormir tranquila.
En este caso, no solo promovimos esta comisión investigadora. Además, interpusimos una querella, porque lo que la gente quiere, es justicia.
Hemos recibido muchos mensajes recomendándonos que no sigamos en este tema. Que tengamos cuidado porque acá hay gente muy poderosa involucrada. Tenemos conciencia que enfrentamos a una red poderosa, que en algún momento, cuando este caso se olvide, vendrán por nosotros. Pero tenemos la convicción que estamos haciendo lo correcto: por la gente, defender nuestras instituciones y nuestra democracia.
Daniel Manouchehri es diputado, presidente de la Comisión Investigadora del Caso Hermosilla y querellante en este caso. El texto íntegro corresponde a la intervención en la Sala respecto de la discusión del informe de la instancia fiscalizadora.