Creen en el Plan Z y evitan desarrollar el pensamiento crítico porque eso es de zurdos.
Insisten con que Michelle Bachelet nunca fue médico y para ellos Sebastián Piñera por supuesto que es otro zurdo más. Creen que en cinco años pueden acabar con el marxismo en Chile. Se han puesto casco, máscara y chaleco para marchar por Las Condes exigiendo más seguridad y les gusta provocar. Celebran el 11, coleccionan las monedas de 10 pesos de la libertad y coleccionan los Funko-Pop de la Junta Militar.
Les gustaría que haya de nuevo una dictadura o algo similar para “ordenar” el país. Creen que la democracia solo trae más problemas que soluciones y que esta democracia no es capaz de ser mejorar mediante el diálogo sino que mediante la confrontación.
Son inconscientes que pueden darse ese extraño lujo de expresar su melancolía a la dictadura, porque viven en un país libre y en paz. No son conscientes del valor de la paz y la libertad que ha gozado Chile desde el 90 en adelante. Peor aún, pareciera ser que no quieren ser conscientes de aquello. Evitan reflexionar y prefieren hablar a través de lo que sienten por sobre de lo que piensan. Su argumentación suele ser visceral y al borde de estar gritando en vez de estar conversando.
Son pocos, pero ruidosos
Creen que son muchos porque solo se reúnen a hablar de política en lives de Tiktok o foros de audio en X usando cóndores, banderas chilenas o una foto del tata como foto de perfil.
Los PostPinochetistas son codiciados por algunos miembros de la Derecha Regia muy cercanos (o derechamente vinculados) a la dictadura. Esto porque es fácil convencerlos, basta con decir que apoyan a Pinochet y los postpinochetistas caen a sus pies.
Por otra parte, al postpinochetista también le gusta acercarse a la Derecha Regia porque cree que así es parte de ésta aunque solo sea una fantasía. Se sienten poderosos. Se pueden ver retuiteando en masa a algunos militantes del Partido Republicano o a uno que otro de la UDI y RN. Desproporcionan las encuestas en X avisándose entre ellos en grupos de WhatsApp o Telegram y explicitan en sus biografías que son anticomunistas. Esto último entendiendo como comunista a todo lo no que sea cercano a ellos.
No son conscientes que están viviendo en el periodo de la historia de Chile más próspero y estable del que se tenga registro. Creen que la democracia es algo que siempre está, que es como el aire.
Tienen la obsesión de confiar casi solo en lo vivencial. Y es en esto último en donde se encuentra la total incoherencia e intrascendencia de sus ideas. Se basan en lo que han vivido mirando con melancolía un periodo de la historia que no vivieron. Sin embargo, por muy mediocre que puede llegar a ser la intelectualidad que rodea sus frases, posteos y dichos, son personas que votan y se debe poner ojo en ellos.
Si bien cuesta entender por qué se llega a caer en el PostPinochetismo, es importante que las derechas lo frenen o que al menos le pongan un cerco. Porque de no ser así, puede que no se den cuenta cuando entre los suyos voten personas que lo que quieren es que no se pueda volver a votar nunca más.