Sin duda, enfrentamos desafíos nunca vistos: la forma en que la humanidad se ha desarrollado en los últimos 200 años —sin pensar en que dependemos de este planeta—, ha cuestionado nuestra subsistencia. Lo anterior ha derivado en una triple crisis planetaria -de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación-.
La buena noticia es que aún tenemos una ventana de oportunidad para enmendar el rumbo y revertir este deterioro, para transitar hacia un desarrollo realmente sostenible y justo.
¿Cómo estamos cuidando nuestra casa común?
Aunque Chile es un país pequeño, las medidas que ejecutemos pueden ser muy relevantes para preservar nuestro rico patrimonio natural y también servir de ejemplo para las demás naciones. En esta cruzada por impulsar un desarrollo preocupado con el medioambiente, como Gobierno estamos ejecutando políticas públicas que nos permiten avanzar en cuidar nuestro territorio y aportar soluciones para enfrentar las crisis ecológicas que afectan a las personas.
Un claro ejemplo de ello es la implementación de la Ley Marco de Cambio Climático, legislación publicada en junio de 2022 y que se transformó en un hito en la historia medioambiental del país, al establecer la lucha contra el cambio climático como una política de Estado y definir los mecanismos que utilizaremos para enfrentar este fenómeno.
Esta ley es una muestra del esfuerzo que debemos realizar como autoridades y ciudadanos.
Primero, son 17 los ministerios involucrados, pero también establece obligaciones a los gobiernos regionales y a todos los municipios del país. Se deberán elaborar planes sectoriales de mitigación y adaptación, además de bajadas regionales y comunales para combatir la crisis climática con un enfoque territorial.
Pero para alcanzar la meta establecida en la ley –que Chile sea carbono neutral y resiliente al clima a más tardar al 2050- requerirá del aporte de todos los sectores de nuestro país, no sólo el Estado.
Por eso, recientemente, los ministerios del Medio Ambiente, Economía, Energía y Ciencia creamos el Comité de Carbono Neutralidad y Resiliencia, que está compuesto por actores del sector privado, la academia y las organizaciones de la sociedad civil.
Este comité tendrá como misión acelerar la transición hacia la carbono neutralidad, detectando brechas y elaborando propuestas de corto y mediano plazo para aprovechar la ventana de oportunidad que se presenta con el proceso de descarbonización.
Otra acción concreta para preservar el patrimonio natural de Chile es la creación del Servicio de Biodiversidad de Áreas Protegidas (SBAP), organismo encargado de administrar todas las áreas protegidas, eliminando la dispersión institucional que existía en el país.
Con ello, existirá un aumento sustancial del presupuesto destinado a la gestión ambiental, así como un incremento en el número de guardaparques.
Estoy convencida que este paso, que fue posible luego de 13 años de tramitación del proyecto de Ley en el Congreso, permitirá dejar un legado clave para Chile, el planeta y las actuales y futuras generaciones.
Es un aporte concreto para combatir la crisis de pérdida de biodiversidad y que, sin duda, se hizo realidad por el empuje de innumerables organizaciones de la sociedad civil.
En esa misma línea de cuidado de nuestra biodiversidad, puedo decir que contamos con una ley de protección para las turberas, ecosistema clave para almacenar y purificar el agua, además de ser un sumidero de carbono, esencial en la mitigación y adaptación al cambio climático.
Otra vez: esta ley fue posible solo gracias al trabajo colaborativo con la sociedad civil, al establecerse un comité científico que enriqueció la discusión parlamentaria, siendo un valioso puente para alcanzar consensos.
Para enfrentar la crisis de contaminación, puedo señalar que el año pasado partió la puesta en marcha de la ley del reciclaje, con uno de los productos más complejos: los envases y embalajes.
Establecimos metas ambiciosas para que las empresas responsables de poner en el mercado estos elementos – a través de sistemas de gestión- realicen su recolección y valorización. Pero será imposible alcanzar estos objetivos sin la colaboración de la ciudadanía, ya que serán ellos quienes deberán limpiar y separar los reciclables.
En el cuidado de la Tierra nadie sobra
Todas las iniciativas, que como Ministerio del Medio Ambiente estamos impulsando, requieren del apoyo de las personas y organizaciones que toman sus decisiones poniendo en el centro el cuidado de las personas y la naturaleza.
Muchas de las iniciativas que hoy son una realidad, han nacido gracias al ímpetu de organizaciones preocupadas por legar a las nuevas generaciones un mejor lugar para vivir.
La Tierra es el único hogar que tenemos.
Porque no hay planeta B, todas y todos nos unimos en su cuidado.