El eclipse será observado en directo por millones de personas, que viven en la franja de la totalidad o que se van a desplazar a ella. Un eclipse de más de cuatro minutos bien vale la pena acercarse a él.

De los cuatro planetas pequeños y cercanos al Sol, la Tierra es un privilegiado: tiene un satélite hermoso, la Luna.

Mercurio y Venus no tienen satélites y Marte posee dos muy pero muy pequeños que probablemente sean asteroides capturados. Tan pequeños son Fobos y Deimos que no pueden eclipsar al Sol en su camino a iluminar el suelo marciano.

El Sol lo vemos moverse desde la Tierra, un grado diario en el cielo, contra las estrellas; en un año completará un círculo en la esfera celeste que llamamos la eclíptica.

La Luna orbita la Tierra en 27,3 días moviéndose en promedio unos 13 grados diarios a lo largo de una trayectoria que no está muy lejos de la eclíptica; difiere de ella en unos 5 grados.

La mitad del tiempo está por arriba de la trayectoria del Sol, alejándose de ella hasta 5°. La otra mitad está por debajo, llegando a alejarse también hasta 5°. El círculo máximo que representa el movimiento de la luna en el cielo cruza la eclíptica en dos puntos opuestos del globo.

La Luna por ende todos los meses corta la eclíptica dos veces. Durante un año esos dos puntos de cruce permanecen relativamente fijos y, por ende, en dos épocas del año va a ocurrir que la Luna estará cruzando la eclíptica cuando el Sol se encuentre proyectado en esa dirección.

Se van a producir un eclipse de Sol y un eclipse de Luna.

En el primero la Luna tapa al Sol y oscurece el día del observador.

En el segundo la Luna entrará en el cono de sombra de la Tierra y será nuestro satélite natural el que se oscurezca; ocurrirá un eclipse de Luna.

Si un punto donde la Luna cruce la eclíptica es el lugar en que el Sol esta, por ejemplo, en marzo, volverán a encontrarse en septiembre.

La “temporada de eclipses” dura algo más de un mes por lo que quince días antes del punto de encuentro de marzo la Luna podría eclipsar al Sol. Quince días después la Luna entrará en el cono de sombra de la Tierra y al completar la revolución la Luna aún puede eclipsar al Sol.

Por ello, en una temporada de eclipse se pueden producir dos eclipses de Sol y uno de Luna, pero ello ocurre en los raros casos en que la temporada de eclipses empieza, en los primeros dos o tres días, con un eclipse de Sol.

Ese año va a haber cinco eclipses: tres en una época y dos en la otra. Como la órbita de la Luna bascula en algo más de 18 años (se nueve oscilando como un trompo) los puntos de intersección de la órbita lunar y la eclíptica se van moviendo alrededor de ella desplazándose dos meses cada tres años. En el ejemplo anterior, si los eclipses ocurren en marzo y septiembre, tres años después ocurrirán en enero y julio. Por eso en un año cualquiera los eclipses ocurrirán en dos épocas separadas por seis meses pero que van siempre variando, no hay fechas fijas para los eclipses.

El espectáculo cósmico del ocultamiento solar lo vemos, cada uno, desde un distinto lugar de nuestro planeta. Como la Luna está muy cerca de la Tierra, el día que un esquimal vea a la Luna pasar “por debajo” del Sol, un magallánico la verá pasar por encima.

Posiblemente solo en Colombia verán que la Luna tapó completamente al Sol.

Como la Luna se mueve hacia el este el eclipse se verá desplazarse en la tierra de oeste a este. En Chile veremos los eclipses entrar desde el océano pacífico y se irán hacia Argentina. La sombra de la Luna proyectada sobre el globo terráqueo tiene un tamaño de círculo de 100 a 200 kilómetros de diámetro que se desplaza a una velocidad del orden de 3.000 km/h.

La sombra definirá una zona de unos 100 a 200 kilómetros de ancho y para un individuo en ella pasará el eclipse en unos dos a tres minutos. Como la órbita de la Luna alrededor de la Tierra es elíptica, en ocasiones ocurrirá que, en el eclipse, está más cerca de la Tierra – estará en el perigeo – y ahí la sombra será más grande, de unos 300 kilómetros, y el eclipse puede durar cinco minutos.

En ocasiones menos favorables, la Luna en el eclipse solar estará alejada de la Tierra – en el apogeo – y la Luna en ese caso la vemos angularmente menor, incluso de menor tamaño que el Sol y en ese caso el eclipse será “anular”, la Luna dejará ver un anillo de Sol en el momento culminante del eclipse.

Los eclipses totales duran generalmente entre 2 y 4 minutos. En el 2027 habrá uno en Luxor, Egipto que dura 6 minutos 20 segundos y será uno de los más largos de los últimos tres siglos. Siete minutos y fracción es lo máximo que puede durar un eclipse total de Sol.

En torno a la franja de la totalidad hay una franja mucho más ancha, de unos seis mil kilómetros de ancho, donde se verá un eclipse parcial de Sol. Se verá que la Luna oculta una parte del Sol. En el ejemplo, si el eclipse total pasara por Colombia, Venezuela y el norte de Brasil, se verá parcial en Ecuador, Perú y el norte de Chile. También se verá parcial en américa central, México y el sur de los Estados Unidos. Millones de personas verán el eclipse parcial y unos pocos afortunados verán el eclipse total.

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El 8 de abril de 2024, este año, se verá un eclipse total de Sol que entrará por el océano Pacífico en México, en Mazaplán, subirá hacia el norte-este por Durango, pasa a Texas, Dallas, Arkansas, Indiana, Ohio, Estado de Nueva York, Búfalo, Montreal, Maine, New Brunswick, Terranova, océano Atlántico.

Lo interesante de este eclipse solar total es que durará 4 minutos 20 segundos en Texas, cerca de Dallas. En Durango, México durará 4 minutos 28 segundos.

La parcialidad cubre todo México, el sur-este de Estados Unidos, todo el Caribe y termina en el norte de Colombia.

En la costa oeste de Estados Unidos y en el centro norte de ese país será parcial al igual que en todo Canadá. En Dallas el centro de la totalidad ocurrirá a las 14:42 hora de Chile (UT-4).

El eclipse empieza a las 13:23 y culmina a las 16:02. Aproximadamente una hora y veinte minutos desde que empieza hasta que llega a la totalidad. Aproximadamente igual tiempo tarda desde la totalidad hasta que termina.

El eclipse será observado en directo por millones de personas, que viven en la franja de la totalidad o que se van a desplazar a ella. Un eclipse de más de cuatro minutos bien vale la pena acercarse a él.