Es un hecho que nuestras fronteras están abandonadas, y a esta altura, que se abran las fronteras las 24 horas, especialmente con Bolivia, más que una oportunidad, en las actuales condiciones, representa una amenaza para Chile.
El reciente anuncio de Bolivia y Perú de que los pasos fronterizos con Chile abrirán las 24 horas a partir de mayo, tomó por sorpresa a los chilenos, porque la información provenía de los países vecinos y no de la Cancillería nacional.
En plena crisis de inmigración, que ocurran este tipo de situaciones ya no es un descuido. Es la expresión del abandono en que tiene el actual gobierno el resguardo de nuestras fronteras. Se ha pulverizado completamente la política migratoria, con los evidentes resultados negativos que hoy impactan de forma grave a la ciudadanía ante el creciente e incontrarrestable avance del crimen organizado.
¿Qué estaba esperando el gobierno para informar esta medida?
Las razones no las tenemos. Como tampoco si el Ejecutivo analizó los alcances de esa determinación ni qué medidas va a adoptar para reforzar las fronteras ante un país como Bolivia, que ha sido hostil con Chile en esta materia. Un país que ha negado permanentemente su colaboración para reconducir a quienes intentan ingresar ilegalmente a nuestro territorio, y que además, mantiene vínculos con el régimen totalitario de Irán.
Para un gobierno de izquierda que ya cumplió dos años en el poder, y que tiene como eje de su administración al Partido Comunista de Chile, aliado del eje bolivariano, la seguridad nacional no es ni será su prioridad. El tema de las fronteras no resulta relevante para ellos.
Y así lo vienen demostrando desde el estallido de violencia, donde intentaron desmantelar a las policías y empujaron, mediante la violencia callejera, un proceso constitucional que tenía por objetivo refundar Chile y borrar el concepto de Estado Nación. Porque su ideología radical, que se mantiene vigente, considera que somos un país plurinacional, donde migrar es un derecho fundamental, sin importar cómo y a qué vienen los extranjeros a nuestro territorio.
Toda esa forma que tiene la izquierda de pensar y de entender lo que somos como patria es lo que ha configurado el actual escenario, donde con ciertos anuncios La Moneda maquilla que está implementando acciones para revertir la actual crisis migratoria y fronteriza. En la práctica, las medidas que de verdad se requieren, no las adopta, o las dilata en el Congreso, al no otorgarles prioridad a su tramitación.
Proceso de expulsiones
Otra expresión de esta realidad es que no existe un proceso sistemático de expulsiones. Hay miles de personas con orden de expulsión, que transitan tranquilas por el país sabiendo que es muy poco probable que su salida se concrete por la falta de interés del gobierno, que termina aplicando un sistema por goteo.
Es un hecho que nuestras fronteras están abandonadas, y a esta altura, que se abran las fronteras las 24 horas, especialmente con Bolivia, más que una oportunidad, en las actuales condiciones, representa una amenaza para Chile.