Cheddi Jagan, Wikipedia | Nicolás Maduro, Agencia UNO

Guyana Esequibo: de Cheddi Jagan a Nicolás Maduro

04 enero 2024 | 11:20

Como bien aprendieron los argentinos, que a costa de muchas bajas fracasaron en su intento de recuperar las islas Malvinas, no es fácil derrotar a Gran Bretaña cuando su flota cruza los océanos desde ultramar.

A mediados de los años 50, cuando apenas se oía hablar de un guerrillero de barba llamado Fidel Castro y aún no existía la estampa del Che, el nombre de Cheddi Jagan, líder independentista de la Guayana Británica, ocupaba las portadas y estaba en todas las bocas.

Hoy, Nicolás Maduro, bregando cuesta arriba para hacerse reelegir presidente, ha desempolvado antiguos documentos coloniales con la pretensión de incorporar a Venezuela dos tercios de la vecina Guyana (sin “a” al medio), ex Guayana Británica (con “a”).

A la vez, ha dispuesto que María Corina Machado, la candidata que tiene todas las posibilidades de derrotarlo, sea inhabilitada por un período de quince años por un Contralor controlado por él.

Como joven impulsor de la independencia de la Guayana Británica, Jagan era conocido y admirado en Estados Unidos, donde se había titulado de dentista; en las islas y enclaves coloniales del Caribe que pugnaban por librarse del colonialismo; en América Latina donde bullía el antiimperialismo; en Gran Bretaña, la metrópoli, en la que cundían los partidarios de dar la independencia a las colonias; y en la India, país de sus ancestros cuya nacionalidad también poseía.

De precoz militancia comunista, Cheddi Jagan evolucionó a posiciones socialdemócratas y fundó el Partido Popular Progresista guyanés.

A los 35 años, aprovechó el sistema de sufragio y los resquicios de la constitución concedida por el Reino Unido, para conquistar el puesto de primer ministro de la colonia e iniciar profundas reformas sociales a lo largo de tres períodos. Ante sus medidas más radicales, la corona británica reaccionó enviando tropas y suspendiendo la constitución.

Cheddi Jagan presidente

Transcurrido más de un siglo del desembarco de Colón en la isla de Guanahaní, España, el Reino Unido, los Países Bajos y Francia, se venían disputando los territorios de América del Norte, América Central y Sudamérica que rodean el Mar Caribe, así como las islas de las Antillas.

Invasiones, guerras entre potencias coloniales, desembarco de piratas y corsarios, rebeliones de esclavos, luchas por la independencia fueron delineando el intrincado mapa de la zona hasta comienzos del siglo XX, proceso que incluyó intercambios y compraventa de territorios, como la Luisiana y Florida, hoy pertenecientes a los Estados Unidos.

Al alcanzar la independencia en 1966, el país, bautizado sugestivamente como República Cooperativa de Guyana, presentaba un variopinto mosaico étnico de indígenas arahuacos y caribes, colonos ingleses, descendientes de esclavos africanos, comerciantes hindúes…

La joven república independiente quedó sumida en interminables turbulencias políticas y períodos de anarquía, hasta que en 1992 el incansable Jagan fue elegido presidente. Ejerció el cargo con moderación y eficiencia hasta su muerte en una clínica de Washington en 1997.

Lo sucedió su viuda Janet Jagan, activista estadounidense guyanizada.

Encajadas al norte de Sudamérica entre Venezuela y Brasil, las pequeñas Guayanas, incluida la Guyana, ex Guayana Británica, heredaron de la era colonial un intrincado trazado de fronteras, fuente de conflictos que perduran hasta hoy.

Sigue existiendo una colonia, la Guayana Francesa. En tanto que la Guayana Neerlandesa se convirtió en República de Surinam, y la Británica, en la actual República Cooperativa de Guyana.

Maduro y el petróleo del Esequibo

El descubrimiento en los últimos años de enormes recursos petroleros en la región del Esequibo ha convertido a Guyana en uno de los países con mayor crecimiento económico del mundo, en contraste con la Venezuela de Maduro que arrastra una crisis prolongada.

Ante ese panorama, Maduro decidió agitar las aguas con el plebiscito del 3 de diciembre que, como era previsible, ratificó la soberanía venezolana en el Esequibo.

Venezuela tiene una superficie de 916.445 km2 y Guyana, de 214.969 km2.
Si la campaña de Maduro tuviese éxito, Guyana perdería 159.500 km2, quedando reducida a 55.469 km2.

Venezuela cuenta con cerca de 30 millones de habitantes y Guyana, incluido el Esequibo, con poco más de 800 mil.

Sin mayor espera, Maduro ha dispuesto diversas medidas ostentosas para al ejercicio inmediato de la soberanía venezolana en la zona, aunque la reunión que sostuvo con Irfaan Ali, presidente de Guyana, distendió ligeramente el ambiente.

Hasta un niño podía prever que las movidas de Maduro con respecto al Esequibo iban a tener respuesta. Estados Unidos, potencia militar de la región, ha dirigido una advertencia a Venezuela y expresado su apoyo a Guyana, así como a la Exxon y otras empresas estadounidenses que extraen los hidrocarburos del Esequibo.

Guyana es uno de los 56 países que integran la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) bajo el alero británico y, como era de esperar, el Reino Unido, potencia marítima, ha reaccionado en la forma en que sabe hacerlo: ha enviado un buque a la zona, el HMS Trent, a lo que Maduro ha respondido con un aparatoso despliegue de tropas, aviones y buques.

Como bien aprendieron los argentinos, que a costa de muchas bajas fracasaron en su intento de recuperar las islas Malvinas, no es fácil derrotar a Gran Bretaña cuando su flota cruza los océanos desde ultramar.

Dada la situación, parece poco probable que Maduro vaya a conseguir el Esequibo, pero al forzar una crisis en que Venezuela aparece amenazada por dos imperios, es fiel al guion elemental de infinitos gobernantes que, desde que el mundo es mundo, han intentado atornillarse en el poder atizando un conflicto internacional.

Hoy, ante la amenaza de la vecina Venezuela, la imagen de Cheddi Jagan, prócer de la República Cooperativa de Guyana, recupera vigencia con más fuerza que nunca.