Tenemos el mandato de fomentar la inversión extranjera para la reactivación de la construcción, la generación de empleo y también para consolidar nuestra infraestructura y adaptarla a las nuevas necesidades y desafíos que nos plantean el cambio climático y la construcción de ciudades más justas y sostenibles.
Presentamos una cartera atractiva, potente y significativa, que considera un total de 27 grandes proyectos que se licitarán en lo que queda de nuestro gobierno por más de US$11 mil millones y de US$15 mil millones al año 2027. Tenemos carreteras, aeropuertos, hospitales, embalses, tranvías y teleféricos, entre otros proyectos muy relevantes para la ciudadanía.
Para desarrollar estos grandes proyectos, como país hemos elegido el camino de la asociación público – privada y nuestro sistema de concesiones ha sido un pilar para desarrollar esas obras. Esta exitosa herramienta cumple 30 años y tiene 28 mil millones de dólares concesionados con empresas de 16 países que han confiado en Chile como un polo relevante de inversiones.
En ese escenario, China representa el 8% de la inversión total comprometida en el sistema de concesiones, con una inversión aproximada de US$2.000 millones en 30 años. Pero si hacemos un zoom hacia los últimos seis años su participación ha significado cerca del 30% de los contratos licitados desde 2017. Es decir, el ingreso de inversiones desde ese país, se ha multiplicado en el último período.
Hoy, empresas chinas están operando concesiones en la Ruta 5 Sur, entre Talca y Chillán; están construyendo los hospitales de Parral, Cauquenes, Constitución y Coquimbo, estamos en proceso de adjudicarles la construcción de los hospitales de Rengo y Pichilemu; finalmente, tienen adjudicado el contrato del Embalse Las Palmas en Petorca. Son todas obras muy importantes y necesarias para las personas que habitan esos territorios y que, además, nos ayudarán a reactivar nuestra economía y generar más y mejores empleos.
En China valoran nuestra institucionalidad, nuestras políticas públicas; nos preguntaron especialmente por obras hídricas, autopistas, aeropuertos, servicios como hospitales y cárceles, por puertos y hasta por los sistemas eléctricos para dichas infraestructuras. Nos explicitaron que vendrán a Chile y que analizarán en terreno los diversos proyectos y, además, nos mostraron tecnología de punta: tuneladoras de última generación, miles de kilómetros en trenes de alta velocidad, puentes de decenas de kilómetros y otras fórmulas que se pueden utilizar en nuestro país.
Queremos ampliar y diversificar aún más nuestra base de inversionistas y países en concesiones y China es un socio fundamental y muy interesado en invertir en nuestro país, ya que valoran mucho nuestra institucionalidad, que entrega certeza jurídica y reglas claras, sin discriminación.
El mensaje mutuo fue claro: en nuestro país tendrán una gran oportunidad para poder desarrollar sus negocios y nosotros una gran oportunidad para desarrollar la infraestructura que nos permita alcanzar el anhelado desarrollo económico y social para un mejor vivir de todas las chilenas y chilenos, para entregar a las futuras generaciones un futuro mejor.