Para efectos de formación y posterior atención de excelencia, esto es fundamental, ya que en esta experiencia futuros médicos, especialistas y enfermeras, por citar algunos, terminan de adquirir las herramientas para la vida profesional y atención de pacientes.
Dicho esto, creo que es indispensable que los campos clínicos tengan un marco legal en el cual transitar y no queden al libre arbitrio del mercado, estableciendo deberes y responsabilidades para las partes.
De hecho, el proyecto al que hago mención, indica que los campos clínicos deben regirse por los criterios de calidad y excelencia de la institución que se los adjudica. Es un binomio virtuoso, que permite tener formación especializada y de calidad para Chile, y al mismo tiempo una buena atención para los pacientes que reciben estos estudiantes.
De hecho, es en este punto en el cual las universidades del Estado podemos dar cuenta de nuestro compromiso y responsabilidad con la sociedad, donde en el centro de todo está el cuidado de la salud humana.
En ese contexto, desde el Consorcio de Universidades del Estado (CUECH) hemos presentado propuestas que propicien la generación de convenios entre las universidades y los centros de salud para que planifiquen a largo plazo la asignación de los cupos y recursos necesarios disminuyendo así la incertidumbre de los estudiantes.
En paralelo proponemos desarrollar mecanismos para la actuación conjunta entre ambas instituciones, y que podamos trabajar de manera cohesionada y al alero de principios como calidad, experiencia, llevando a los mejores estudiantes y profesionales a las camillas de los chilenos que más lo necesitan, con respeto,
cuidado y expertise.