Por más de 20 años, terroristas se han escondido bajo una “causa” que no representa al pueblo mapuche. En la comisión por la Paz y el Entendimiento debemos trabajar para responder necesidades tanto del pueblo mapuche como también de las víctimas del terrorismo, quienes han sido olvidadas por el Estado y deben ser catastradas para iniciar un proceso de reparación.
Este jueves iniciamos la comisión por la paz y entendimiento, la cual fue anunciada por el Presidente Gabriel Boric.
Somos ocho los comisionados, quienes trabajaremos en una mesa con el objetivo de concluir mecanismos de compensación donde inevitablemente estarán las tierras.
Pero, ¿realmente este es el camino hacia la paz?.
Son varios los personeros quienes confunden al pueblo mapuche con el terrorismo, con lograr la anhelada paz, pues el pueblo mapuche también está por la senda de la paz ya que muchos de ellos también han sido víctimas de la violencia rural y terrorismo que afecta en la macrozona sur. Cuando uno conversa con comunidades, se reitera la necesidad de tener oportunidades para producir, problemas en caminos, agua potable rural y educación para sus hijos.
Por otro lado si vamos a hablar de “paz y entendimiento”, no podemos dejar fuera a las víctimas del terrorismo, quienes también deben ser catastradas y consideradas por el Estado para iniciar el proceso de reparación.
No puedo dejar de manifestar que como agricultores defenderemos las tierras: Tierras que han sido trabajadas por décadas y traspasadas a distintas generaciones. Tierras que utilizamos para producir el alimento que se consume en los hogares de todo Chile; y no es menor destacar que La Araucanía aporta con más del 42% de los granos en dicha producción.
La Comisión debe dirigirse en el entendimiento a quienes quieren progreso y oportunidades, a quienes durante años han tocado puertas para surgir. Como representante del gremio agrícola de Malleco trabajaremos para ello, para pavimentar una Araucanía justa, donde se pueda trabajar en paz, donde se selle de forma transversal un acuerdo que una, tanto al pueblo mapuche como no mapuche, con oportunidades que lleven a una mejor calidad de vida, dando respuesta a las necesidades que afectan día a día en el mundo rural y que, muchas veces, en la ciudad no imaginan esta realidad.
Finalmente, espero que este proceso que iniciaremos sea sin sesgos políticos, y siempre bajo la línea del respeto y por sobre todo, escuchando realmente a quienes buscan y anhelan la paz en la denominada macrozona sur, logrando concluir sobre mecanismos de reparación ante un problema de Estado que sigue causando daño en el sur de nuestro país.