Una empresa familiar con 16 años de historia, dedicados a resaltar los cultivos y bondades de los frutos secos de la región de O’Higgins, se la ha jugado por atraer a los jóvenes de la zona que comienzan su vida laboral.
Cuando corría el año 2002 el matrimonio de la zona, conformado por Joel Villablanca e Ingrid Escobedo, ambos con trabajos estables, deciden salir de su zona de confort para crear juntos un nuevo proyecto laboral y de vida juntos. Es así que dejan de lado sus respectivos trabajos y se lanzan en una nueva aventura, Sembrasol, que hoy se ha ido consolidando en el tiempo y los tiene como referentes de la fabricación y comercialización de snacks de semillas de maravillas y de frutos secos, donde destaca que son tostados, no fritos, como el maní, pistachos, almendras y nueces.
Al ser consultado Joel Villablanca, dueño y gerente general de la empresa, por los inicios de este emprendimiento familiar señala que “en el año 2002 junto a mi señora y con 2 hijos pequeños, decidimos arriesgar todo lo que teníamos para emprender juntos nuestros sueños. Dejé mi empleo y salí a buscar oportunidades en la venta, para hacer un estudio de mercado y ver las oportunidades que había. Tras 2 años la apuesta fue clara, Snack de Semillas de Maravillas Tostadas. Se vendían desde siempre en el campo, pero el rubro no estaba desarrollado”.
Agrega que el origen de Sembrasol no estuvo exento de sacrificio, Villablanca confiesa que “partimos en el comedor de nuestra casa, trabajábamos de manera muy artesanal hasta las 3 o 4 de la madrugada, para luego salir a vender lo que producíamos. Desde un inicio decidimos que esta sería una empresa, así que fuimos muy ordenados en todo lo que era producción y control desde un primer momento, aun cuando teníamos escasos recursos. Las barreras eran muchas, estábamos en el campo, no teníamos idea lo difícil que era estar en el mundo alimentario y lo que significaba el cumplir con todas las normas sanitarias y las buenas prácticas, que finalmente son las que llevan al éxito en cuanto a la calidad del producto”.
Para el dueño el camino siempre fue pedregoso y afirma que “primero nadie te cree, ni los proveedores, ni los comerciantes, ni los clientes, muchas veces nos dijeron que no, pero volvíamos a la carga con más fuerza aún, hasta convencer que nos dieran la oportunidad de vender nuestros snacks. En cuanto al financiamiento, cuesta que un banco te crea, sólo el orden, el no tener protestos y ser creíble con hechos, nos fueron avalando en el tiempo. En cuanto a los colaboradores en la empresa, ellos han sido siempre partícipes de nuestras locuras, han podido ver los avances y los sacrificios, ellos han sido nuestro mayor aliado en este camino”.
Ante la pregunta de si les jugó en contra ser de región confiesa que “sí, muchas veces, desde las dificultades para encontrar proveedores o mano de obra calificada, buscar profesionales que se quisieran venir al campo y convertir en gerentes o hacerse cargo de un área determinada de Sembrasol no es fácil ni económico, por lo tanto, ya partimos con desventajas. Lo más difícil ha sido el que nos crean para poder entrar al retail, nosotros ya estamos hace 16 años en el canal tradicional, desde la quinta a la octava región, y recientemente logramos entrar a la cadena Lider en todo Chile, pero hemos tocado puertas en otros retail y no nos dan cabida aún, pese a que Sembrasol tiene snacks de alta rotación”.
Un gran tema desde el comienzo ha sido competir con la capital a la hora de captar jóvenes de la zona y de la región, que prefieran quedarse trabajando allá y no venirse a Santiago en busca de mejores oportunidades. Añade que “es una pelea constante, ya que la gran mayoría prefiere las ciudades más grandes. Pero nosotros ofrecemos un trabajo permanente, con oportunidades de desarrollo interno. Recibimos jóvenes universitarios para sus prácticas y apostamos por capacitar a los jóvenes de la región desde que parten laboralmente para que hagan carrera en la empresa”.
Para el final, Joel Villablanca, dueño de Sembrasol, deja una reflexión que suena más a la identidad de la empresa, “somos de campo y está en nuestra cultura ser cordiales, respetuosos, con espíritu de colaboración, tratamos de que el trabajo sea colaborativo y comprometido. Nuestra misión es cautivar, nutrir, agradar y acompañar en cada ocasión de consumo, creando y ofreciendo snacks de los cuales estemos orgullosos. Con ingredientes naturales, procesos sencillos y elaboraciones naturales, frescas y sabrosas”.