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La PDI detuvo a dos integrantes de la banda peruana Los Pulpos, vinculada a extorsión e incendios en Santiago, quienes quedaron en prisión preventiva por 90 días. Los implicados amenazaban a comerciantes peruanos exigiendo dinero a cambio de no atacar sus locales, realizando incendios en caso de no pago. Identificados tras allanamientos en Recoleta y Estación Central, uno sería el líder instruyendo los ataques, y el otro ejecutaba las acciones.

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La Policía de Investigaciones (PDI) detuvo a dos integrantes de la banda peruana Los Pulpos, la cual está vinculada a delitos de extorsión e incendio. Tras su formalización, ambos quedaron en prisión preventiva, con un plazo de investigación de 90 días.

Ello como resultado de una investigación desarrollada por la Brigada de Investigación Contra Crimen Organizado y la fiscalía Centro Norte. La cual inició tras diversas denuncias presentadas entre enero y julio de este año, por locatarios de Santiago, Independencia y Estación Central.

Recordemos que dicha banda se dedicaría a amenazar a comerciantes de su misma nacionalidad. Les exigen altas sumas de dinero a cambio de no atacar sus locales y en caso de no recibir el pago, realizan daños a la propiedad, principalmente, con incendios.

Tras diligencias del caso, la policía logró identificar a los dos detenidos que fueron capturados tras allanamientos en Recoleta y Estación Central.

El subprefecto Juan Pablo Pardo se refirió al rol de los imputados. Uno de ellos sería “el líder que daba las instrucciones con el fin de señalar qué locales debían incendiar o que vehículos, además de qué personas, debían atacar”, detalló.

Mientras que el otro “ejecutaba la acción, además de conseguir las personas que se llama ‘puntero’, quienes indicaban el local para extorsionarlo”.

Finalmente, Pardo señaló que pertenecen a Los Pulpos, pero que “para infligir más temor a los comerciantes se hacían pasar por la organización criminal Latin Kings”.

Esta última se trata de una banda de origen ecuatoriano que se ha extendido por Latinoamérica. Se le vinculan delitos de secuestro, sicariato y tráfico de drogas.

El fiscal Esteban Silva indicó que “las víctimas son comerciantes que mantienen distintos locales”. Explicando que estos “efectivamente recibieron mensajes extorsivos que les anunciaban los atentados y posteriormente incendios en sus locales”.