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Dos reos se fugaron de la cárcel Colina 1, desatando un operativo encabezado por Gendarmería y Carabineros con el GOPE involucrado. Uno de los fugitivos es José Santos Torres Montecinos, alias "el chico Perry", condenado a 14 años, y el otro es Daniel Ignacio Jerez Hernández, conocido como "el chico Dany". La fuga se realizó cortando el cerco eléctrico con un alicate, y escalando un muro de más de cuatro metros de altura con guantes para evitar lesiones. Las autoridades descartan complicidad interna y apuntan a las precarias condiciones laborales como un factor en la fuga.

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Dos reos se fugaron de la cárcel Colina 1 este domingo, lo que llevó a Gendarmería y Carabineros a activar un extenso operativo encabezado por el GOPE. A partir de las 14:00 horas, se desplegaron patrullas y helicópteros para localizar a los fugitivos en las cercanías del recinto penitenciario.

Las autoridades identificaron a uno de los fugitivos como José Santos Torres Montecinos, alias “el chico Perry”, condenado en 2023 a 14 años de prisión por robo con violencia, homicidio frustrado y porte de arma.

El otro interno, que aún se encuentra fugitivo, es Daniel Ignacio Jerez Hernández, conocido como “el chico Dany”, estaba cumpliendo una condena por robo en lugar habitado, con una fecha de liberación establecida para 2029.

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¿Cómo habría sido la fuga desde Colina 1?

Al respecto, el Coronel Rubén Pérez, Inspector Operativo Nacional de Gendarmeria, dio luces sobre lo ocurrido durante la tarde de este domingo en Colina 1.

“Se advierte preliminarmente el desplazamiento de los sujetos a una zona en que no debieron haber permanecido. Se desplazan hacia ese sector proveniente de la zona interna y en un tiempo muy breve logran el escalamiento premunidos de un elemento cortante para vulnerar el cerco eléctrico y desde ahí materializar el escalamiento, concretándose la fuga”, indicó.

Según las primeras investigaciones, se presume que los fugitivos portaban un alicate, que les permitió cortar el cerco eléctrico. Por su parte, el muro perimetral que escalaron, que se aproxima al frontis del recinto hacia la arteria principal en dirección sur, mide más de cuatro metros de altura.

El escalamiento se habría realizado con guantes, lo que sugiere que intentaban evitar cortes, ya que según explicó Pérez, en este contexto siempre existe el riesgo de lesiones o descargas eléctricas.

Consultado sobre de dónde pudieron haber obtenido un alicate los fugitivos, Pérez aclaró que “el alicate, como en todas las cárceles de estas características, forman parte de aquellos utensilios con que nuestros internos realizan labores artesanales. Forma parte de aquellas actividades internas en que se utiliza de manera constructiva el tiempo libre y, por lo tanto, el alicate, el martillo, los serruchos y similares están dentro del inventario habitual con el que se desempeñan en actividades laborales los internos en Chile”.

En esa misma línea, el delegado presidencial provincial de Chacabuco, Giordano Delpin Pino, indicó que, si bien aún se está llevando a cabo una investigación al respecto, efectivamente estaría descartado, a priori, que el alicate y los guantes hayan sido provistos por un tercero.

Fuga internos
Muro donde se dejaron los guantes de los internos | Cedida

Según explicó Pérez, al momento de la fuga, fueron las cámaras de seguridad del personal allí apostado que advirtieron, a raíz de la activación de sensores de la línea de fuego, que los sujetos se estaban desplazando.

“Indagaremos responsablemente, con mucho rigor, a los efectos de establecer cuáles fueron las exactas circunstancias y dónde pudieron haberse producido eventuales fallas. (…) Se revisa las barreras físicas, los elementos tecnológicos y se recoge la prueba testimonial de parte del personal de servicio”, aseguró.

Consultado sobre si podría haber un funcionario de Gendarmería que hubiera sido cómplice de los internos que se fugaron, Pérez aseguró que “eso está absolutamente descartado por el momento (…) No tenemos ninguna evidencia que permita aproximarnos a esa hipótesis que eventualmente podría haber algún caso de corrupción”.

El presidente de la Asociación de Funcionarios Penitenciarios, Rodrigo Muñoz, hizo hincapié en las precarias condiciones de trabajo que enfrenta el personal de Gendarmería, las cuales podrían haber influido en la reciente fuga.

Muñoz enfatizó la necesidad urgente de que el mundo político inyecte recursos, señalando que hay escaso personal y que muchos funcionarios trabajan en condiciones indignas, con turnos de varias semanas corridas. “El funcionario que estaba más cercano al puesto diez, que es el puesto ocho, aproximadamente ya 25 días trabajados”, aseguró.