Durante la tarde de este domingo se conocieron nuevos antecedentes respecto al actuar de los delincuentes que irrumpieron en Barrio Meiggs para robar un cajero automático y que provocaron un mega incendio, el cual dejó al menos 30 locales afectados.
El siniestro se registró en una galería comercial ubicada en la calle Grajales, entre San Alfonso y Bascuñán Guerrero, en el límite de la comuna de Santiago con Estación Central. A causa del incendio se generó una gran columna de humo, la cual fue visible desde distintos puntos de la capital.
El subjefe de la BIRO Centro Norte, Jorge Durán, detalló que en el asalto participaron “dos vehículos con una cantidad indeterminada de sujetos”, los que llegaron “con distintas armas largas e intimidaron al personal de guardia”.
Según información obtenida por BioBioChile, la PDI recuperó un segundo vehículo en Estación Central vinculado a los asaltantes durante la tarde de este domingo. Este se suma al que dejaron en el lugar de los hechos durante la mañana, que contaba con encargo por robo y portaba una patente que correspondía a otro vehículo.
Método poco ortodoxo
Asimismo, la indagatoria confirmó que la explosión que provocó el siniestro se realizó por saturación por gas de acetileno, una vez que ingresaron al recinto por calle Grajales.
En concreto, se trata de un producto altamente inflamable, que en este caso fue activado por los antisociales con una batería de automóvil desde el exterior de la galería donde se encontraba el cajero automático.
Fuentes de este medio que conocen de cerca este tipo de delitos, se declararon sorprendidas por la particular forma de operar en este caso.
Un delito casi en extinción
Cuando el robo de cajeros automáticos se convirtió en un delito recurrente en Chile, particularmente la década pasada, lo frecuente era que los delincuentes usaran gas convencional para hacer estallar las fachadas de los recintos.
En tanto, el gas de acetileno era usado para posteriormente acceder a la gaveta con el dinero, pues se utiliza para soldar metales y cortar acero.
No obstante, en esta ocasión usaron el material más peligroso para el primer paso del robo, lo que desató el caos esta mañana y dio paso al gigantesco incendio que se registró en el sector.
El modus operandi ha generado sorpresa no sólo por este último punto, sino porque esta clase de delito se creía en extinción luego que los bancos empezaran a aplicar métodos de seguridad como el entintado de billetes.
Cajero automático con al menos $80 millones
Asimismo, Durán explicó que el cajero automático en cuestión había sido cargado apenas unas horas antes durante la jornada del sábado y que “pudo haber tenido unos $80 a $90 millones de pesos que no estaban al momento de la inspección del sitio del suceso”.
Sin embargo, la PDI no ha confirmado aún que los delincuentes hayan logrado llevarse el botín.
Con todo, durante la jornada de este lunes la PDI continuará con los trabajos en el sitio del suceso.
