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El 24 de julio se recordaron 20 años del trágico asesinato del padre Faustino Gazziero en la Catedral de Santiago, un evento que conmocionó a la Iglesia Católica en Chile. En 2004, Rodrigo Orias, declarado inimputable debido a problemas psiquiátricos, apuñaló al sacerdote durante una misa vespertina, motivado por voces satánicas en su cabeza. A pesar de autolesionarse, Orias fue detenido y hospitalizado. Posteriormente, se determinó que padecía esquizofrenia paranoide. Actualmente, tras cumplir un tratamiento, lleva una vida normal con otro nombre. El padre Gazziero, de origen italiano y muy querido en su comunidad, fue descrito como una persona dedicada y carismática. En homenaje, se bendijo la única reliquia del sacerdote en la cripta de la Catedral de Coyhaique.
El 24 de julio se cumplieron 20 años de uno de los eventos más trágicos de la historia reciente de la Iglesia Católica en Chile: el asesinato del padre Faustino Gazziero en la Catedral de Santiago.
Ese día, pero en 2004, Rodrigo Orias cometió un crimen del cual fue declarado inimputable, por lo que no cumplió pena de cárcel. Aunque, sí estuvo hospitalizado un largo tiempo.
El fatídico día
El padre Faustino Gazziero, sacerdote italiano de 69 años, estaba oficiando la misa vespertina en la Catedral de Santiago cuando fue brutalmente atacado.
Rodrigo Orias, de entonces 25 años, viajó desde Coyhaique para cometer el crimen, motivado por voces satánicas que tenía en su cabeza. En medio de la ceremonia, se levantó de su asiento, se acercó al altar y apuñaló al sacerdote en el cuello con una daga, causándole la muerte delante de los feligreses.
Los presentes quedaron paralizados por el horror de la escena. Orias, después de cometer el crimen, se autolesionó para quitarse la vida, siendo posteriormente detenido. La rápida atención médica logró salvarlo.
Quién era Rodrigo Orias
Rodrigo Orias, oriundo de Aysén, había mostrado señales de problemas psiquiátricos antes del asesinato. Su interés en prácticas satánicas culminó en este trágico evento.
Durante el juicio, se determinó que Orias padecía de esquizofrenia paranoide, por lo que fue declarado inimputable por la justicia, determinándose su internación en el Hospital Psiquiátrico de Putaendo.
La jueza Verónica Sabaj escribió en el fallo reproducido por Emol que Orias “padece una esquizofrenia de tipo paranoico, con un cuadro sicótico, con presencia de fenómenos alucinatorios, auditivos táctiles, cenestésicos de contenido mágico y demoníaco, circunstancias que implican que el inculpado al momento de cometer el delito investigado, se encontraba privado de razón o juicio de realidad, motivado por sus ideas delirantes y por órdenes alucinadas que le impedían actuar con el debido discernimiento. De esta forma, se considera al procesado Rodrigo Enrique Orias Gallardo un enajenado mental, por lo que desde el punto de vista médico legal no tendría responsabilidad criminal, siendo su pronóstico incierto y de alta peligrosidad, tanto para terceros como para sí mismo, pues persiste un elevado riesgo homicida y suicida”.
Su defensa la llevó una joven abogada que, gracias a este caso, posteriormente llegó al estrellato: la profesional Carmen Gloria Arroyo, hoy “jueza” de TV.
Un nuevo nombre
Tras salir del hospital, primero se dedicó al fisicoculturismo -donde ganó un torneo- y, si bien encontraba trabajo, cuando era reconocido terminaba despedido. Por ello, actualmente vive una vida normal con otro nombre.
Cuando se cumplieron 10 años del crimen, dijo a Chilevisión que “lo que hice, no fue porque se me ocurrió hacerlo. Lo hice porque estaba enfermo”. Además, pidió perdón.
“Empecé a escuchar las voces que decían ‘mata, mata, este es tu destino"”, agregó.
Lo último que se supo es que sigue su tratamiento iniciado tras el crimen.
Homenaje a Gazziero
El padre Faustino Gazziero era muy querido por su comunidad. De origen italiano, había dedicado gran parte de su vida al servicio religioso en Chile. De hecho, llevaba 40 años acá cuando fue asesinado.
El servita Bruno Predonzani lo describió en Iglesia.cl como “un hombre muy dedicado, ordenadísimo. Él se entregaba por completo, y si tenía que preparar un curso, un taller o una jornada, lo hacía con una precisión y un esmero extraordinario. Era conocido por su entrega y su trabajo con los más necesitados, así como por su calidez y carisma”.
Esta semana, a modo de homenaje, se situó en la cripta de la Catedral de Coyhaique la única reliquia del sacerdote, un corporal ensangrentado que fue bendecido.
