Este martes murió Hernán Chacón Soto, retirado miembro del Ejército que era uno de los condenados por el asesinato de Víctor Jara y Littré Quiroga, esto en el inicio de la dictadura militar.
Según información preliminar, el otrora brigadier de 86 años se suicidó luego que ayer la Corte Suprema informara que fue condenado a 25 años de cárcel.
El hecho ocurrió cuando llegó la Brigada de Derechos Humanos de la PDI a su domicilio ubicado en calle Badajoz en Las Condes.
La intención de los efectivos era detenerlo y llevarlo a la cárcel de Punta Peuco para que comenzara a cumplir la mencionada condena.
Chacón, quien estaba acompañado de su esposa, atendió a los detectives y les señaló que iría a buscar objetos personales a su pieza, momento en que se quitó la vida con un arma de su propiedad.
Por orden de la Fiscalía Oriente, la Brigada de Homicidios indagará lo ocurrido.
25 años de cárcel por asesinato de Víctor Jara
La decisión de la Segunda Sala del máximo tribunal del país fue unánime. En ella, se descartó un error en la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago.
De esta forma, Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto, fueron condenados a penas de 15 años y un día de presidio, en calidad de autores de homicidio; y a 10 años y un día de presidio, como autores de secuestro calificado.
Mientras, Rolando Melo Silva fue condenado a 5 años y un día y 3 años y un día de presidio, como encubridor de los homicidios y los secuestros, respectivamente.
La refutada defensa de Hernán Chacón
Según consta en el fallo de la Corte Suprema, Chacón se defendió de esta acusación señalando que su función solo era custodiar el perímetro externo del Estadio Chile. Dicho recinto hoy se llama Víctor Jara en homenaje al artista asesinado.
Sin embargo, tal como informó El País, durante la investigación se estableció que él tenía conocimientos tácticos y de inteligencia, que le permitieron intervenir en interrogatorios y en clasificación de detenidos.
“Varios testimonios corroboraron que este participó en las labores de selección, reportando las mismas a sus superiores, por lo que resultaron no creíbles ni verosímiles sus dichos en cuanto sostuvo sólo haber custodiado el perímetro externo del recinto, funciones que no se condicen con su alto grado, ni con los diversos elementos de convicción reunidos”, se consignó.
Junto con ello, se estableció que “portaba a la época una pistola STYER calibre 9 milímetros, armamento plenamente coincidente con la descripción técnica de las lesiones que, según los antecedentes forenses, causaron la muerte de Jara Martínez y Littré Quiroga”.