Se esperan precipitaciones por más 200 mm para los próximos 3 días, cantidad similar a la que se acumuló durante todo 2022 en la región.

Frente al inusual fenómeno climático que pronostica intensas lluvias en la cordillera de la región Metropolitana para los próximos días, Aguas Andinas ha desplegado un plan preventivo anticipado.

De este modo, ha movilizado y reforzado todos sus recursos técnicos y profesionales, la capacidad de acción de sus equipos en terreno y la óptima operatividad de su infraestructura de respaldo de 37 horas en la ciudad para enfrentar eventos de turbiedad extrema en los ríos y, finalmente, un monitoreo exhaustivo de las condiciones meteorológicas en las cuencas de los ríos Maipo y Mapocho, así como del estado operativo de la red de producción de agua potable.

Lo anterior, en un contexto en que se esperan precipitaciones por más 200 mm para los próximos 3 días, cantidad similar a la que se acumuló durante todo el 2022 en la región.

“Lo preocupante es que el pronóstico considera temperaturas inusualmente altas para el invierno en la cordillera, lo que significa que, en lugar de precipitar nieve y acumular reservas para el verano, lo hará en forma de lluvia. Esto puede generar deslizamientos, remoción de tierra y eventos de turbiedad extrema en los ríos que no se habían registrado antes en esta época del año, un fenómeno climático que -sin duda- es otra de las tantas manifestaciones del cambio climático”, explicó Eugenio Rodriguez, director de clientes de la empresa.

Lluvias en la RM

Desde hace más de una década, Aguas Andinas viene desplegando un ambicioso plan de resiliencia, de manera de dotar a Santiago con infraestructura de reserva que permita operar de forma autónoma al abastecimiento desde los ríos y enfrentar la sequía.

A la fecha, cerca de US$ 250 millones son los que se han invertido para hacer frente a la emergencia climática y elevar la autonomía de la ciudad. Adicionalmente, se espera invertir otros US$330 millones para los próximos cinco años, buscando dotar a Santiago de más y nueva infraestructura resiliente que permita enfrentar fenómenos cada vez más extremos y prolongados y condiciones climáticas más extremas y adversas.