“Superpan” es una reconocida amasandería con casi 30 años de historia, que hace poco llamó la atención de la opinión pública, por una lucha que libró frente a poderosos adversarios, incluyendo a un conocido superhéroe.
Se trata de una demanda que DC Comics interpuso en contra esta pyme nacional, a las que se sumaron otras como la de Agrosuper, acciones legales interpuestas a inicios de 2020 que alegaban por la supuesta similitud entre el nombre de esta empresa familiar, con el famoso personaje de malla azul y capa roja, como con la marca de la productora de carnes de cerdo, pollo y pavo, por el concepto “Super”.
Sin embargo, como si fuera una verdadera kriptonita, Superpan logró vencer a estas empresas frente al Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INAPI), que no le dio la razón ni a la famosa firma estadounidense ni a la compañía de productos cárnicos.
Frente a esta decisión, Gonzalo Montenegro, emprendedor y dueño de Superpan, expresa su satisfacción. “Estoy muy contento, ya que significa que tras la demanda yo soy Superpan, ese es mi apodo desde los 10 años y lo que la vida me puso en el camino. Fue terrible para mí pensar en perder ese apodo que después se convirtió en mi emprendimiento”.
Añade que esta demanda de DC Comics era una última traba que estancó a su pyme, por lo que considera que “es algo muy importante que una amasandería de barrio, en este caso de Quinta Normal, haya logrado derrotar a una marca grande, que tiene un staff de abogados de nivel mundial para que bajen a pequeños emprendedores sin saber la historia que hay detrás de sus nombres. Si le puedo ganar al hombre de acero, se puede todo”.
En su resolución, la entidad concluyó que existen diferencias fonéticas y además difieren en complementos, de forma que el nombre de la amasandería no genera riesgo de confusión en el público consumidor respecto del origen empresarial de los productos de este emprendimiento con las marcas relacionadas al personaje de ficción de DC ni a Agrosuper.
Una historia de 28 años
Montenegro es dueño de Superpan y cuenta que llegó a ese nombre por un apodo que le pusieron cuando niño, época en la que salía a ofrecer el pan amasado que preparaba su madre, reparto que hacía usando dos poleras: una de su superhéroe favorito, Superman, y otra verde con la que le decían Peter Pan.
Tras cumplir 18 años, decidió tomar las riendas del negocio, una vez que su madre se separó de su pareja, con la que trabajaba en el negocio. Así, desde 2000 administra su local ubicado en Quinta Normal, junto a su familia y su esposa.
Fue en 2019 cuando inició los trámites en el INAPI, recibiendo en enero del año siguiente la impugnación de DC Comics a la que se sumaría posteriormente Agrosuper, empresa que alegaba por el uso del término “Super”. Sin embargo, la entidad terminó dándole la razón a Montenegro.
Algunos pendientes
Si bien la INAPI dio por ganador en esta contienda a Superpan, las empresas aún pueden recurrir al Tribunal de Propiedad Industrial (TDPI). Sin embargo, el abogado de esta amasandería afirma que es poco probable que se revierta el fallo.
Al respecto Hans von Marttens, de Ármate Abogados, explica que “DC Comics y Agrosuper podrían, en segunda instancia frente al TDPI, tratar de adherirse a algún recurso de apelación en atención a que resultaron totalmente vencidos”.
Añade que si toman dicha decisión “probablemente lo harán por el mismo motivo que presentaron las demandas de oposición en primera instancia, es decir, en tratar de resguardar sus marcas y evitar que existan otras que generen algún riesgo de confusión”.
Pese a ello, el profesional es tajante al señalar que el fallo fue “súper contundente”, pese a los más de 40 medios de prueba que presentaron los demandantes, al afirmar que no existe posibilidad de confusión alguna respecto de las marcas como Super Pollo o Super Cerdo, o del famoso superhéroe, “en relación a los productos que elabora el señor Gonzalo Montenegro, como panes, hallullas, marraquetas, tortas. No tienen nada que ver con los productos que, en definitiva, producen Agrosuper y la gente de DC Comics, de forma que no existe riesgo alguno de que la gente confunda el origen de los productos”, asevera.