El presidente Sebastián Piñera, confirmó el indulto que solicitó una interna de 44 años del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Santiago, tras ser diagnosticada con cáncer cérvico uterino en fase 4 mientras cumplía su condena.
“La vida de Johanna G., de 44 años, no fue fácil, pero no por ello dejó de ser una persona muy simple y con una fuerza interna para darse ánimo pese a sus complejas vivencias”, así la describe la defensora pública penitenciaria Solange Vega, quien conoció a la interna en la Cárcel de Mujeres de Santiago, donde cumplía una pena de dos años por el delito de tráfico.
Fue la hermana Nelly León, capellana católica de la cárcel de mujeres, quien expuso el caso a la defensora pública, debido a la compleja situación médica de Johanna, quien padecía fuertes dolores abdominales, que llevaron a gestionar las consultas médicas respectivas y arribar a un diagnóstico que nadie quiere escuchar: cáncer cérvico uterino en fase 4.
La mujer fue condenada luego de que en su casa -que compartía con su marido e hijos- se encontrara droga que se comercializaba en el barrio. No sirvió que la mujer explicara que no era de ella y que ella era dueña de casa.
Cuando llegó hasta el Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Santiago, se acercó al llamado patio católico, donde la hermana Nelly León la impulsó a iniciar sus estudios, púes se dio cuenta que Johanna no sabía leer ni escribir.
Idas continuas al hospital
Al poco tiempo de llegar, Johanna comenzó a sentir dolores abdominales muy intensos, los que hicieron compleja la relación con sus compañeras de celda, debido en parte a los cuidados que debían dispensarle y a los momentos en que estos eventos ocurrían, pues significaban incluso malestar en altas horas de la noche.
En este escenario, tanto por gestiones de Gendarmería como del equipo de defensa penitenciaria que atiende a las internas del CPF se hicieron los exámenes médicos necesarios, que arrojaron este diagnóstico irreversible y dieron cuenta del avanzado grado de avance del cáncer que afecta a Johanna.
Así, gestiones de Solange Vega, de la Fundación Mujer Levántate, de Gendarmería e incluso del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, permitieron conseguir los antecedentes médicos y sociales necesarios para solicitar el indulto para Johanna y que la pena pudiera ser cumplida en compañía de sus seres queridos.
Solicitud de indulto
En el escrito de postulación, la defensora pública dio cuenta de la compleja situación de Johanna: “Es analfabeta a sus 44 años. Presenta antecedentes de haber asistido a un colegio de educación diferencial hasta muy corta edad. Y efectivamente, muchos de los problemas de salud que hoy cercenan su vida se explican en la escasa posibilidad de mi representada para entender asuntos tan básicos como la obligatoriedad de realizarse exámenes anuales de prevención del cáncer cérvico uterino, pues éstos no eran parte del entendimiento de Johanna”, aclaró.
Según la abogada especializada, como es de conocimiento general que en ese estado de avance de una enfermedad tan invasiva como el cáncer cérvico uterino no existen muchas opciones médicas para su representada, “sí existe la posibilidad de que sus últimos meses sea cuidada por sus seres queridos en un ambiente seguro para ella y que le aporte la contención que requiere en su delicado estado”, sostuvo el escrito que pedía el indulto al Presidente Sebastián Piñera.
Adicionalmente, la Unidad de Apoyo a la Gestión de Defensa de la Defensoría Regional Metropolitana Sur (DRMS) obtuvo la posibilidad de que la medida se cumpliera en un domicilio distinto al original, toda vez que su marido ya tenía una nueva pareja y no la recibiría en la casa común.
A fines del mes pasado, el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, dio curso al indulto que benefició a la mujer y que permite modificar la pena de reclusión hasta el arresto domiciliario total por lo dos años que le quedaban de condena, o hasta que las fuerzas de Johanna lo permitan.