La derrotada candidata a gobernadora de la región Metropolitana, y actual candidata a senadora por la capital, Karina Oliva (Comunes), se defendió este jueves luego de un reportaje que cuestionó sus gastos de campaña.
Según informó Ciper, siete militantes de su partido presentaron boletas por un total de $137 millones en la rendición al Servicio Electoral (Servel), con honorarios muy bien pagados cuyos montos solo son superados por campañas de Sebastián Piñera y Beatriz Sánchez.
Los honorarios recibidos fueron hacia Martín Miranda Sepúlveda, quien cobró $40 millones en los cinco meses de campaña legal; Camila Ríos Puebla, con $25,5 millones en los cinco meses; José Robredo, con un total de $20,9 millones y Jorge Ramírez, renunciado presidente de Comunes tras la revelación de estos hechos, que cobró un total de $16,2 millones.
A ellos se suma Jean Flores Quintana, quien figura con una boleta por $15 millones; Luis Romero, con $10 millones por su rol como encargado territorial; y Diego Corvalán, jefe del equipo electoral del Partido Comunes, que cobró $10 millones y sería el único que recibió un pago similar al de otras campañas.
La revelación generó una oleada de cuestionamientos al interior del Frente Amplio, lo que llevó a la mencionada renuncia de Ramírez y a cuestionamientos del propio candidato presidencial del conglomerado, Gabriel Boric.
Oliva habló con el matinal Contigo en la Mañana de Chilevisión sobre la denuncia, defendiéndose de las acusaciones de gastos inflados. “Rendimos lo que gastamos”, dijo, agregando que pudo haber reembolsado hasta $800 millones por la cantidad de votos que sacó.
Añadió que los montos pagados se deben a que varias personas trabajaron en su campaña desde diciembre del año pasado, tras ganar la primaria del Frente Amplio. Esto quiere decir que los reembolsos se realizan por trabajos que exceden el periodo de campaña legal.
“Hay personas que trabajaron donde yo no tenía liquidez porque no recibo plata de las pesqueras, de las grandes industrias, de los empresarios, del gas ni de nadie”, dijo.
Es el caso de Martín Miranda, quien cobró el el monto más alto dentro de las boletas rendidas por la candidata, añadió que este reembolso incluye gastos de traslados y comidas por motivo de la campaña.
El caso de Jorge Ramírez
Oliva también fue consultada sobre la renuncia de Jorge Ramírez a la presidencia de Comunes, a raíz del mencionado reportaje. Ante ello, señaló que su salida se debe a que “hay que dar señales” y que de esta forma asumió su responsabilidad política, pero no de un reconocimiento de una ilegalidad en el reembolso.
Sin embargo, también fue requerida sobre su relación con Ramírez (ambos tienen una hija) y si es consciente que puede verse mal que entre quienes trabajaron en su campaña esté su expareja.
La candidata a senadora insistió en que “estos pagos responden a las asesorías que hubo en la campaña” y añadió que “si el sueldo es alto, yo lo voy a revisar”.
Junto con ello, indicó que “no tiene que ver el vínculo” que tiene con Ramírez y reconoció que puede darse “una malinterpretación profunda”, pero “eso no significa que alguien no trabaje”.
“Evidentemente se ve mal, pero eso no significa que haya una mala intencionalidad. Evidentemente se ve mal, eso no lo voy a negar”, agregó.
“Mi campaña no estuvo inflada”
La militante de Comunes, sin embargo, en ningún momento reconoció que hay irregularidades en su rendición y explicó que “mi campaña no estuvo inflada” y que “en ningún caso hay personas que quisieron hacer un enriquecimiento”.
La política insistió en que los pagos fueron de tal magnitud “porque eran personas que iban a cobrar muchos meses después”, ya que al iniciar la campaña no tenía liquidez para contratar a empresas.
Por ello, añadió, trabajó con personas dispuestas a recibir un pago vía reembolso ocho meses después.
Pese a todo esto, declaró que “no puedo permitir que digas que prácticamente toda la campaña está inflada. Aquí hay un sueldo que tú estás cuestionando (Miranda) y te lo puedo conceder”.