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Condenan a hombre que simuló la entrega de un regalo para atacar con cuchillo a su expareja en la RM

Publicado por Tamara Rojas
La información es de Poder Judicial

08 septiembre 2021 | 12:23

El Primer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago condenó a Kevin Juan Pablo Rivera Flores a la pena de 15 años de presidio efectivo, en calidad de autor de homicidio calificado en grado frustrado en Pudahuel.

En resolución unánime, el tribunal –integrado por las magistradas Irma Tapia Valdés (presidenta), Pilar Saavedra Morales y Carmen Riquelme González (redactora)– condenó, además, a Rivera Flores a las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos.

En cuanto a los hechos, el tribunal dio por acreditado, que el 16 de septiembre de 2019, Rivera Flores envió mensajes vía WhatsApp a la víctima, su expolola de 17 años de edad a esa fecha, “con la intención de citarla para que se reuniera con él, bajo la falsa premisa de que se iría fuera del país y que quería despedirse de ella y hacerle entrega de un regalo, por lo que la convence de juntarse con él, al día siguiente, en horas de la tarde”.

El 17 de septiembre de 2019, entre las 20:30 y las 21:30 horas, el sentenciado pasó a buscar a la víctima a su domicilio, en un vehículo de color negro, “trasladándola hasta un lugar solitario ubicado en la intersección de Avenida Del Canal con calle Pedro Aretxabala, comuna de Pudahuel. Al llegar al lugar, el acusado le solicitó a la víctima que descendiera del vehículo, por lo que ella, confiando en él, lo hizo y descendió”.

Rivera Flores, entonces, “le solicitó que cerrara los ojos para entregarle el supuesto regalo, momentos en los que sacó desde una mochila un arma cortante, tipo cuchillo, el cual traía oculto, y prevaliéndose de que la víctima se encontraba indefensa, en un lugar solitario y oscuro y a solas con él, con el ánimo de matarla, procedió a agredirla, por la espalda con esta arma, la cual comenzó a clavar en su cabeza, en su rostro, para luego continuar clavándola en su espalda, tórax, manos y diferentes partes del cuerpo, en múltiples oportunidades, mientras le decía ‘¡Me cagaste la vida, nunca me quisiste, te voy a matar!’”. Se constató en el juicio que la víctima salvó con vida solo por el auxilio de un vecino.

Producto de la agresión “la víctima resultó con múltiples heridas por arma blanca: shock hipovolémico hemorrágico, herida penetrante torácica, hemotórax izquierdo y neumomediastino, múltiples lesiones por arma blanca faciales suturadas, múltiples lesiones en manos, complicadas con lesión de tendones, flexores en ambas manos y lesión nerviosa en mano izquierda, lesiones que de no haber recibido asistencia inmediata, por parte de su vecino, de sus familiares que la trasladaron a un centro médico de urgencias, y de la atención médica recibida, le hubiesen ocasionado la muerte”.

Alta pena

A su vez, “dentro del rango legal ya establecido se le impondrá la sanción en el quantum que se indicará, atendida la mayor extensión del mal causado por el delito, al haber quedado la víctima, a los 17 años edad, con secuelas permanentes como resultado de las lesiones causadas por Rivera Flores, por las cuales de no mediar la asistencia médica oportuna habría fallecido”.

A la fecha de la agresión, “la víctima cursaba 4° año de Enseñanza Media, asistía a un preuniversitario, realizaba actividades escolares, y tenía como proyecto estudiar la carrera de medicina. Sin embargo, las lesiones causadas en los dedos de ambas manos por la acción del filo del cuchillo que utilizó Rivera Flores para atacarla, en una acción defensiva de la adolescente y la energía utilizada por el agresor al momento de evitarla, causó secuelas permanentes en sus manos, conforme a la evidencia documental y pericial del juicio, y la imposibilidad de por vida de estudiar la profesión que deseaba, puesto que su ejercicio impone la precisión y trabajo, entre otras, con las manos”.

En el mismo sentido, “las lesiones corporales dejaron cicatrices, especialmente en su rostro, ya que si bien se practicó cirugía estética después de que fueran suturadas las mejillas para contener el abundante sangrado, resultan evidentes a la fecha las de su rostro, como se pudo constatar por las sentenciadoras al momento de la declaración de la víctima en estrados”.