Cuando los casos de covid-19 van al alza en el país, y en el mismo día en que se anunció que la cepa británica del nuevo coronavirus fue detectada en Chile, denuncias permitieron terminar una fiesta clandestina que se realizaba en el Espacio Broadway.
Fue la tarde del 29 de diciembre cuando alrededor de 400 personas llegaron hasta el centro de eventos ubicado a un costado de la Ruta 68, a la altura de Pudahuel, para disfrutar de una fiesta que tenía como plato fuerte la presencia de DJ Luciano, conocido en la escena electrónica.
Para asistir, no existía la posibilidad de comprar entradas personales, sino que había que pagar por mesa, lo que a juicio de las autoridades se realizaba para aparentar el funcionamiento de un restaurante, algo que sí está permitido en la fase 2 del plan Paso a paso. La mesa más cara costaba $800 mil.
Sin embargo, el hecho fue denunciado a Carabineros ya que se había anunciado por redes sociales. En el afiche de promoción aparecían dos conocidas marcas como auspiciadoras: Pepsi y el pisco Mistral. Y, al interior, habían toldos de la marca Red Bull en el área de cajas.
Las tres compañías son distribuidas en Chile por la CCU, empresa ligada a Quiñenco, matriz del Grupo Luksic.
La declaración de CCU
BioBioChile consultó a CCU el parecer de la compañía ante lo ocurrido en el Espacio Broadway y cuál es su posición al respecto.
En respuesta, la empresa emitió una declaración publica donde señaló que “informamos que CCU y cada una de sus marcas comerciales mantiene un firme compromiso con toda la normativa vigente, y naturalmente con las disposiciones sanitarias exigidas en tiempos de pandemia”.
Asimismo, confirmaron que sus marcas estaban presentes en el evento. “En toda actividad en el que nuestras marcas estén presentes, exigimos que se cumpla con las normas requeridos por la autoridad y por nuestra empresa”, se dijo en el texto.
“En esta línea, esperamos los resultados de la investigación iniciada por las autoridades y estamos requiriendo a la productora toda la información de lo sucedido, para así definir las medidas que amerite el caso”, agregó la compañía.
Solo 3 formalizados de 203
Finalmente, la fiesta terminó y se detuvo a 203 personas. Pudieron ser más, pero decenas de asistentes huyeron en sus vehículos y otros decidieron saltar la reja del centro de eventos para huir corriendo por la Ruta 68.
Sin embargo, 200 de ellos quedaron apercibidos a la espera de ser citados a la Fiscalía y solo tres fueron formalizados por poner en peligro la salud pública: el dueño del lugar, José Aravena, y dos asistentes reincidentes.
Los tres quedaron libres y con arraigo nacional.