La Octava Sala de la Corte de Apelaciones revocó la prisión preventiva para cinco funcionarios de Fuerzas Especiales de Carabineros que en diciembre fueron formalizados por el delito de torturas en contra de un manifestante en la Plaza Ñuñoa.

Los uniformados se encontraban en prisión preventiva desde el 26 de diciembre tras ser formalizados por el delito de torturas en contra de un manifestante identificado como Moisés Órdenes. Sin embargo, tras la última audiencia realizada ayer, el tribunal de alzada capitalino descartó este delito y lo reemplazó por el de violencia innecesaria.

Uno de los funcionarios que permaneció en prisión preventiva fue el teniente Martín Blanc, quien ese día era el jefe de la sección que estaba a cargo del operativo y a quien además se le acusó de haber golpeado al manifestante.

En conversación con La Tercera, el teniente señaló que esa jornada del 21 de octubre habían estado todo el día en Plaza Baquedano y cerca de las 21:20 horas tuvieron que irse a Plaza Ñuñoa. “Nosotros queríamos irnos para la casa, estábamos chatos, no queríamos más guerra. Nosotros convivimos siempre con situaciones de presión, pero nunca una situación había sido tan grave como esta. Estábamos shockeados”, reconoció.

Blanc aseguró que llegaron al lugar porque había información de que se querría quemar la Municipalidad de Ñuñoa. “Nuestra misión, entonces, era disolver. Yo, como jefe de sección no quería detener a nadie, teniendo en consideración que no detener a una persona en contexto de delito, es un incumplimiento de deberes militares, porque es mi obligación”, indicó.

Consultado sobre por qué no quería detener, Blanc respondió que “queríamos irnos, queríamos disolver. Cuando uno está con una presión como esta, está todo el día recibiendo insultos, entonces uno llega a un punto en que no quiere más. Ya llegar a disolver manifestantes, sobre todo en un lugar donde generalmente se reunía gente tranquila, entonces ahí uno dice, ‘bueno, hagamos lo imposible para que esta gente se vaya para su casa, démosle la posibilidad de que se vayan sin alterar el orden público’”.

Tras esto, relató que formaron una línea para contener a los manifestantes que estaban en Plaza Ñuñoa, sin embargo, dos personas quedaron atrás de ellos insultándolos, según acusó.

“Al comienzo nosotros no los pescamos. Uno de ellos, ante la solicitud de nosotros, se va, que era lo que queríamos. Mi gente llevaba más de una semana con esto, queríamos ver a nuestra familia, no había seguridad en ninguna parte de Chile y nuestras familias estaban con miedo en sus casas. Detener a una persona para nosotros significa quedarse cinco horas más con el procedimiento, y al otro día igual tengo que entrar a las 5:30 de la mañana”, añadió.

Caso imputado

Sobre la persona que se quedó y que corresponde al manifestante que denunció las torturas, Blanc señaló que “de pronto estaba con la escopeta, miro hacia atrás, viene una persona arrancando de mis carabineros y en ese momento levanté el pie. Tenía la escopeta en la mano, pensé en un segundo ¿qué hago?, ¿lo agarro con las manos?, ¿y si se me escapa un tiro? Levanté el pie. Usted entenderá que peso más de 100 kilos, le puse el pie en la espalda, empujé, no fue un golpe, puse el pie y presioné. Fue para detenerlo y que no siguiera arrancando”.

Blanc aseguró que la situación “según el protocolo, esto se ajusta al marco”.

“Cuando uno ve el video rápidamente, yo también digo ‘no me gusta’, pero cuando empiezo a analizar se ve que no es una paliadura a la persona, son seis bastonazos. Conforme al cuadro del uso de la fuerza, está de acuerdo al protocolo. Lo que sí puedo decir, es que debía haberse ocupado otra técnica para controlar a la persona”, mencionó.

Además, cuestionó la calificación de “tortura” que recibió el caso. Ante esto, aseguró que “son situaciones muy rápidas” y añadió que para que se tipifique ese delito “la persona debía estar detenida”.

“Debimos actuar de otra forma. Lo acepto, lo reconozco, y doy la cara por ello, pero esta persona estaba con un sartén. Todos dicen ‘¿qué va hacer con un sartén?’. A un compañero mío le volaron dos dientes con un sartén, pero nadie dice nada. Mi acción dura un segundo, ¿yo voy a torturar en un segundo? Un carabinero de mi equipo estuvo preso 11 días por un bastonazo en la pantorrilla, ¿y mi carabinero de 22 años es un torturador porque pegó un bastonazo en una pantorrilla? Estuvimos presos por hacer la pega; bien, mal o regular, son cosas que pueden pasar. Usted también puede cometer un error, ¿y se va a ir preso por eso?”, añadió.

Informes de derechos humanos

Consultado por si pediría disculpas al afectado, Blanc indicó que “sí le pediría disculpas, de hecho lo hice en el hospital. Cuando subimos a esta persona al carro le prestamos los primos auxilios,y eso nunca se dice”.

Blanc también aseguró que cuentan con el apoyo de sus superiores y mencionó que “hay un apoyo incondicional, porque ellos saben cómo funciona un procedimiento. No miran la tele y dicen, ‘la cagó el paco’. No, ellos saben lo que es recibir molotov”.

Sobre los informes de organizaciones de derechos humanas, el teniente señaló que “es duro porque nosotros nos sacamos la cresta por Chile, por la patria. Por todos. Me da risa cuando la gente dice ¿por qué no van a las poblaciones? Sabe cuántas veces me han disparado en la poblaciones, no se las puede ni contar, pero vamos igual”.

En tanto, por las múltiples lesiones oculares que se han registrado, Blanc mencionó que “la gente piensa que nosotros salimos a dispararle a la gente a los ojos. Yo le puedo mostrar todas las grabaciones en mi cámara, de todas las veces que usé la escopeta antidisturbios, la que utilicé en situaciones de agresión y el intento de matarnos”.

“Cuando nos lanzan molotov, ¿para qué lo hacen? Eso se toma como agresión letal y yo ahí puedo usar mi pistola y revolver, pero resulta que no, usamos la escopeta antidisturbios: ¿De qué otra forma puedo controlar a 120 mil personas con 20 carabineros?, ¿con disuasivos químicos? No sirven y se nos acercan. ¿Qué hago? Me pongo a pelear a combos con 3 mil personas? No. Cuando yo uso el arma, lo hago contra gente que está agrediendo a carabineros y es imposible que uno de esos perdigones llegue a una persona que no estaba haciendo nada”,a añadió.

Además, aseguró que “el carabinero tiene algo que nadie tiene: vocación y amor por servir a la patria. Nosotros no estamos aquí para defender al Presidente, al Gobierno, a los empresarios, a grupos de interés, sino para defender el estado de Derecho y a la gente que no tiene cómo defenderse”.