Nuevos antecedentes se suman a la investigación por el crimen de Fernanda Maciel, joven de 21 años que desapareció en febrero de 2018 cuando estaba embarazada de 7 meses.
El cuerpo de la mujer fue hallado el pasado lunes en una bodega de Conchalí, lugar que estaba bajo sospecha desde hace varios meses ya que fue el último paradero de Maciel antes que desapareciera.
El único imputado por el caso es Felipe Rojas, vecino y amigo de la joven, quien cuidaba la bodega en el momento de su desaparición y con quien se iba a reunir la víctima el 10 de febrero de 2018, cuando se le perdió la pista.
Fernanda Maciel estaba enterrada dentro del terreno de la bodega, a 70 centímetros del suelo y cubierta con una capa de cal y cemento, todo oculto con tierra y escombros.
Según informó T13, Rojas habría comprado dichos materiales en una ferretería ubicada a menos de dos cuadras de donde estaba la bodega donde ocurrió el crimen.
Omar Ramírez, dueño del local comercial, comentó a la televisión que Rojas efectivamente compró un saco de cal y otro de mortero H20, los que luego trasladó en bicicleta a la bodega. Esto habría ocurrido dos días después de la desaparición.
Estos y otros antecedentes se espera sean revelados este jueves en la audiencia de formalización de Rojas, quien será imputado por los delitos de homicidio, inhumación ilegal y probablemente el de aborto.