Este domingo 10 de febrero se cumple un año de la desaparición de Fernanda Maciel Correa. La joven santiaguina tenía 21 años y siete meses de embarazo al momento que se le perdió el rastro, tras salir de su casa ubicada en Conchalí.
Aquel 10 de febrero de 2018, Fernanda salió de su hogar sin celular ni pertenencias, por lo que su familia pensó que había ido a un lugar cercano.
Cinco días después de su desaparición, la madre de la joven, Paola Correa, señaló a BioBioChile que “yo pensaba que fue a comprar y luego donde el pololo, porque como siempre salía en las tardes arreglada donde él (…) No le presté mucha importancia porque lo hacía siempre”.
Desde hace un año, su familia ha estado constantemente buscando datos y pistas que pudieran explicar qué pasó con la joven y cuál es su actual paradero. Sin embargo, hasta el momento todo se desconoce.
Primeras diligencias
En el marco de este caso policial que cumple un año, se han desarrollado diversas diligencias y teorías que buscan explicar lo que pasó con la joven. Sin embargo, varias de ellas han sido descartadas. Además, la familia, amigos y Luis Pettersen -pareja de la joven- han asegurado durante todo este tiempo que Fernanda no se fue por su voluntad.
Las primeras sospechas apuntaron a un taxista que, según una amiga de Fernanda, la llamaba insistentemente. Esta teoría se habría reafirmado cuando cámaras cercanas a la casa de Maciel mostraron un taxi que estaba en el sector aquel 10 de febrero.
Tras hallar el vehículo en El Quisco, dos taxistas fueron interrogados por la policía como testigos. En la instancia, aseguraron que ellos no la trasladaron y que el taxi era conducido por varias personas.
Con el paso de los primeros meses de su desaparición, llegó la fecha en que Fernanda debía dar a luz. En dicho mes, un matrimonio le aseguró a Paola Correa haber visto a una joven muy parecida a Fernanda en Bariloche, por lo que viajó hasta Argentina, pero no encontró el registró de ella ni de su nieta en ningún recinto hospitalario, ni de ingreso al país.
En tanto, a mediados de año cinco buzos del GOPE realizaron un rastreo al interior de la Laguna Carén, en la comuna de Pudahuel. Sin embargo, las diligencias no entregaron nueva información. Un mes después -el 18 de julio- personal de Carabineros, en conjunto a la familia de Fernanda, llegaron hasta un sitio eriazo a un costado de la caletera de Américo Vespucio, en Huechuraba, para realizar pericias en el sector con perros rastreadores.
Muestras de ADN
En octubre, la policía realizó excavaciones en una bodega ubicada a media cuadra de la vivienda de Fernanda. En la misma jornada, también se realizaron excavaciones en la casa de Luis Pettersen.
Esto desencadenó que en redes sociales comenzarán a teorizar sobre una presunta responsabilidad de la pareja de la joven en su desaparición.
En tanto, el 20 de noviembre se realizaron nuevas diligencias en el caso. En esta oportunidad, se tomaron muestras de ADN a la madre de Fernanda y se volvió a tomar declaración a su pololo.
Esto habría tenido como objetivo comparar su testimonio con las declaraciones tomadas en ocasiones anteriores.
Luis Pettersen
Tras la desaparición de Fernanda, su pareja ha dado una serie de entrevistas en diversos medios. En sus declaraciones ha señalado que “siempre he sido sincero, la gente igual es libre de pensar lo que ellos desean”.
Entre las múltiples declaraciones que Pettersen ha realizado, también ha dedicado palabras para criticar la cobertura de algunos medios. En conversación con el matinal de CHV, acusó a La Cuarta de mentir en su portada del 20 de octubre donde lo citaba señalando: “Yo no la maté”. Sin embargo, el medio publicó el registro en audio de la entrevista, donde se escucha a Pettersen decir la frase de forma textual.
Tras esta polémica, advirtió que no hablaría más con lo medios y que también se iría del país. “Yo me voy a ir y nadie lo va a saber“, señaló en conversación con Muy Buenos Días.
Últimas hipótesis
Tras un reportaje de Chilevisión, durante el último mes se revelaron tres desconocidas hipótesis que se barajan en el caso de Fernanda Maciel.
La primera hipótesis tiene relación con las imágenes de una cámara donde se ve a Fernanda cruzando la calle para, presuntamente, entrar a la bodega de su vecino, Felipe Rojas, quien la habría estado esperando al interior.
Si bien no se ve a Maciel entrando a la bodega, las imágenes captaron a los perros que salieron cuando Felipe abrió la reja. Rojas fue uno de los primeros sospechosos del caso, pero negó cualquier relación con Fernanda.
La segunda hipótesis tiene que ver con una serie de relatos de testigos que coinciden en que la joven tenía vínculos con personas relacionadas al narcotráfico. El día anterior a su desaparición, la joven se habría encontrado con Alexander Oyarzún, quien mantiene antecedentes por robo, tráfico de drogas y tenencia ilegal de armas.
Testigos señalaron que ambos se juntaron. “Lo que se dice es que este tipo la retaba. ‘No me puedes cagar con la droga, no me vas a cagar, no me vas a cagar’. Se supone que este tipo le había pasado droga para que la guardara o la vendiera“, señaló un testigo según el reportaje del medio.
La tercera hipótesis apunta a la amistad que existía entre Maciel y Maximiliano Cuevas, integrante de la banda de narcotraficantes conocida como “Los Flores”. Cuando tenía 12 años, Fernanda ingresó a un sistema abierto del Sename, donde conoció a Cuevas.
Allí habrían iniciado una relación que más tarde provocó problemas, principalmente con la pareja de Cuevas, Francesca Orellana, quien habría amenazado de muerte a Maciel. Consultada por estas supuestas amenazas, Orellana reconoció a Hola Chile que “es cierto, sí la amenacé… reaccioné de mala forma. No lo niego”.
Pese a reconocer las amenazas, Orellana descartó algún vínculo con la desaparición de Fernanda.
Desde el círculo familiar de Fernanda señalaron a BioBioChile que para esta jornada no tienen planificado hacer alguna actividad, como fue la caminata que organizaron en abril para que el caso no fuera olvidado. Además, aseguraron que nunca imaginaron que pasarían tanto tiempo sin información sobre el paradero de la joven.