Sólo resta un día para que sea inaugurada la nueva Línea 3 del Metro de Santiago, con la que se podrá conectar a las comunas de Quilicura y La Reina en sólo 30 minutos. La historia de la construcción del servicio se remonta a 1969, año en el cual se iniciaron las obras del tramo San Pablo-La Moneda de la Línea 1.
Desde esa fecha hasta ahora, se han construido siete líneas (1,2,3,4,4A, 5 y 6), lo que equivalen a 136 estaciones y más de 140 kilómetros de servicio.
Sin embargo, en el transcurso de estos años también se han construido infraestructuras que actualmente son conocidas popularmente como “estaciones fantasmas”.
Este término corresponde a tres conceptos: las estaciones que fueron construidas en parte o en su totalidad y que no se ocupan; las proyectadas que fueron canceladas y las que “nacen” producto de la especulación de la población.
Una de ellas es la estación Libertad (o Yungay) ubicada en la intersección de Catedral con Libertad en Santiago Centro, la cual iba a ser parte de la Línea 5 y que cuenta con su obra gruesa construida.
Sin embargo, nunca fue abierta al público debido a que la cercanía con sus estaciones más próximas, no habría superado los 650 metros de distancia. No obstante, en el acceso de dicha estación actualmente hay una plaza construida.
También está la obra gruesa para la estación Echeverría -que se ubicaría entre La Cisterna y San Ramón- en el eje central de la Autopista Vespucio Sur, entre las calles Blas Vial y María Vial. En este caso el área de andén y pasarela que cruza la autopista están listas, sin embargo faltan por edificar las escaleras, ascensores, torniquetes y las boleterías.
De acuerdo a lo explicado por Metro a El Mercurio en 2012, estas estaciones aguardarían hasta cuando “la demanda justifique su operación”. “Metro no cuenta con estaciones fantasmas. Lo que existe es infraestructura en obra gruesa que se dejó proyectada por si a futuro la potencial demanda justifica la inversión y construcción de estaciones en esos puntos”, señaló Fernando Rivas, quien en ese año se desempeñaba como director de Comunicaciones del Metro.
Estación Cal y Canto
A estos casos también se suma una más que está junto al tercer subsuelo del Centro Cultural Estación Mapocho, el cual se utilizaría para la conexión de pasajeros entre las Líneas 2 y 3. Esta estación se edificó en la década de los 80, pero el proyecto quedó postergado tras el terremoto que se registró en 1985.
Desde Metro confirmaron a BioBioChile que esa estructura no se utilizó para construir la nueva Línea 3 y añadieron que la estación Cal y Canto -de dicha red- se construyó desde cero.
Si bien las obras no se utilizaron, una nota de Canal 13 mostró parte de la estación Cal y Canto, hasta la cual se puede ingresar por una puerta que se mantendría cerrada. En el registro se aprecia la estación principal, el andén, el sector por donde debía pasar el tren y las salidas.
Carlos Melo, experto en Transportes, explicó a UCV que “para amortiguar o disminuir los costos que tendría construir una estación en el futuro, se deja construida la obra gruesa junto con el túnel, pero la estación no se habilita propiamente tal como una estación”.
“Es lo que se denomina un costo hundido. Es una inversión que ya se hizo y no debería considerarse para ver si hacia el futuro conviene o no la estación”, añadió Melo.