“Los carabineros eran los líderes de este aparataje. Tenían montada una verdadera asociación ilícita para obtener armas de fuego, registrarlas con todo el procedimiento y luego venderlas y luego venderlas en el mercado negro a delincuentes”.
De esta forma describió el fiscal de Talagante Heriberto Reyes el modus operandi de la banda desbaratada por la PDI, que terminó en la detención de 31 personas, entre ellos 5 carabineros.
Según consignó La Segunda, hasta la Comisaría de Talagante donde trabajaba Fernando Alvial Soto llegaba gente que por $80 mil aceptaba inscribir armas a su nombre, a pesar de nunca haber contado con ellas, para después denunciarlas como extraviadas.
Luego entraría el rol del psiquiatra Alberto Martínez Amurrio, ya que para el proceso de inscripción se requiere aprobar un examen psiquiátrico.
Desde Carabineros en tanto, indicaron que la indagatoria se inició tras una denuncia generada en controles internos de la institución.