En el marco de la demanda civil de las víctimas del expárroco de El Bosque, Fernando Karadima, contra el Arzobispado de Santiago por encubrimientos a casos de abuso sexual, la defensa dio a conocer un nuevo antecedente que podría ser considerado por la Corte de Apelaciones.
Se trata de una carta del 1 de febrero de 2009 que envió el cardenal emérito Francisco Javier Errázuriz para el nuncio Ivo Scapolo, en la que le cuenta los procedimientos que realizó con respecto a esta denuncia en contra de Karadima.
Titulada “Un problema grave que afecta a la comunión del presbiterio y la arquidiócesis de Santiago”, Errázuriz comienza relatando el trabajo realizado por Karadima con varios grupos de jóvenes desde la década del 50.
“Son hijos de profesionales y proceden de las familias santiaguinas que tienen un nivel cultural, económico y de tradición religiosa más alta. (…) Fueron educados en buenos colegios católicos. La orientación política de sus padres es más bien tradicional, de derecha, si bien tiene que haber alguno que le tengan simpatía a la democracia cristiana (…) Constituyen un grupo bastante compacto”, relató sobre los jóvenes con los que trabajó Karadima.
Visión hacia Karadima
En la misiva, el cardenal emérito también dio a conocer la opinión que tenía de Fernando Karadima, a quien cataloga como alguien que “recibió un carisma para despertar vocaciones al sacerdocio”, aunque “no muy inteligente”.
“Exige que se le trate como un santo, por haber despertado muchas vocaciones y ser padre espiritual de tantos sacerdotes”, añadió.
Además reconoció que Karadima actuaba con falsedad para no dañar la imagen de la institución. “Falta contra la verdad en ciertas oportunidades y lo justifica, diciendo que con esa versión de los hechos la gente va a pensar mejor de la Iglesia”.
Acusaciones de abuso sexual
“Hay acusaciones de hechos ocurridos hace algunos años, que pesan contra este sacerdote carismático”, le dio a conocer Errázuriz a Scapolo en su carta en la que reconoce que detrás de estas denuncias se esconde una “amenaza de escándalo”.
De acuerdo a un procedimiento aprobado por la Conferencia Episcopal, este tipo de denuncias deben ser entregadas al promotor de la justicia de cada diócesis, para que él reúna los antecedentes, se forme un juicio y le presente el caso al obispo.
“Procedí conforme a lo acordado por la Conferencia Episcopal y me significó el reproche indignado de dos hermanos obispos ‘por dar crédito a los acusadores y haber pedido la intervención del promotor de la justicia"”, indicó.
Tras esto, reconoció que “por respeto a Karadima no le pedí al promotor que lo interrogara, sólo le pedí a monseñor Andrés Arteaga su parecer. Él consideró que todo era absolutamente inverosímil”.
“Como se trataba de hechos prescritos cerré la investigación. Así quise protegerlos consciente de que mi manera de proceder, si los acusadores llevasen algún día el caso a la prensa, se volcaría en contra de mí”, añadió.
Además reconoció que “bien sé que cualquier intervención directa de mi parte, sólo haría más grave el problema. Ayudan tan sólo las medidas indirectas”.
Reacciones
El abogado de las víctimas de Fernando Karadima y quien dio a conocer la carta de Errázuriz a Scapolo, Juan Pablo Hermosilla, señaló que esta respuesta no hace más que confirmar que han existido mentiras
El vocero de los Laicos de Santiago, Osvaldo Aravena, comentó que no le sorprende el tono con que Errázuriz ha respondido a estas críticas y aseguran que da cuenta de las mentiras del cardenal.
En tanto, Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Fernando Karadima, indicó que no le extraña que “como siempre” Errázuriz “salga a defenderse de lo indefendible”.
“Cerró el caso, ignoró a las víctimas, ha mentido y ha seguido mintiendo. Las pruebas están y él es un delincuente”, indicó.
El administrador apostólico de Rancagua, Fernando Ramos, comentó que le cree al cardenal Errázuriz cuando dice que no ha encubierto delitos sexuales y agregó que serán los organismos del Poder Judicial los que tendrán que pronunciarse sobre estas preguntas.