Desde que nació hace cinco años la vida de Mateo Civalero ha estado ligada al Hospital Félix Bulnes, debido a una malformación intestinal conocida como gastrosquisis.

Debido a esta complejidad en su salud, el menor perdió todo su intestino delgado a las 48 horas de vida y ha tenido que ser internado tanto en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) como en la Unidad de Terapia Intensiva. Actualmente se encuentra en lista de espera para un trasplante de aquel órgano.

Todos los días, Mateo debe permanecer conectado a una máquina desde las 21:00 a las 9:00 horas en el Hospital Félix Bulnes. Luego, su madre Rocío Bello lo va a buscar desde Peñaflor para llevarlo a una escuela donde cursa kínder, pero en la noche debe volver al hospital para seguir con su tratamiento.

En conversación con BioBioChile, Rocío Bello señaló que “Mateo no tiene daño neurológico, es como cualquier otro niño, pero sin intestino. Se alimenta por un catéter (…) y así es como él vive, gracias a esa máquina”.

“Se conecta 12 horas diarias, todos los días de manera sagrada. Sin esa máquina no puede vivir”, relató Bello. Además, los primeros tres años de Mateo los debió pasar de manera íntegra en el hospital.

El tipo de trasplante que necesita Mateo nunca se ha realizado en un niño en Chile. De acuerdo a los registros, dos adultos -una mujer y un hombre- se han sometido a una operación de este tipo en el país. Sin embargo, el equipo médico que realizaría el trasplante se ha capacitado en Estados Unidos para poder llevar a cabo el proceso.

Además, el órgano que debe recibir tiene que cumplir con una serie de requisitos, por ejemplo, debe ser de un niño similar a Mateo en el peso y en el tipo de sangre. Hace tres meses atrás la familia recibió el aviso que había un potencial donante, sin embargo, no coincidió porque el menor tenía tres kilos de más.