Entre los días 10 y 13 de julio autoridades del gobierno se reunieron con una delegación del Ministerio de Transportes, Innovación y Tecnología de Austria.
La idea de esta cita fue evaluar la posibilidad y factibilidad de instalar un tranvía en las calles de Santiago, según consignó La Tercera.
La iniciativa se remonta hasta 2012 cuando se realizó la firma de un memorándum de entendimiento con el cual se creó un grupo de trabajo entre representantes del Ministerio de Transportes chileno y austriaco para que definieran y evaluaran proyectos que pudieran ser factibles.
Tras esta conformación, en abril de 2016 y junio de 217 se realizaron las primeras reuniones donde se acordó que la colaboración será enfocada en los modos de transportes no convencionales y la infraestructura de intermodalidad.
Además, en marzo de 2017 se dio a conocer que las autoridades de Austria recibieron recursos para realizar el “Implementation Study for Tramways in Chile”. Este estudio lo comenzó el consultor Austrian Rail Engineering en mayo de este año y debe finalizar en diciembre con los eventuales emplazamientos y desafíos técnicos que podría presentar.
La ministra de Transportes, Gloria Hutt, indicó que “nuestro desafío es promover la diversificación de los medios de transporte en todo nuestro país, a través de sistemas más eficientes, tecnológicos y sustentables”.
“El trabajo que estamos desarrollando junto al gobierno de Austria es una experiencia que nos ayudará a identificar las necesidades que prevalecen en distintas ciudades y nos servirá para proyectar los eventuales sistemas aplicables en cada región”, agregó.
En tanto, el agregado comercial de Austria, Wolfgang Köstinger, comentó que “no se trata sólo de la instalación de un sistema de tranvías, sino que de un plan maestro que se pueda aplicar en Santiago y otras ciudades de Chile para mitigar el tráfico. El estudio de factibilidad consiste en evaluar las posibilidades de este transporte intermodal, con propuestas que tienen que ver con dónde tiene sentido contar un tranvía y hacia qué lugares debe ir”.
Una vez que finalice el estudio, el Gobierno deberá evaluar los resultados y comunicar su decisión. En caso de que llegara a ser aprobado, la construcción del transporte podría durar entre cinco a 15 años.