Un adolescente de 17 años se entregó ante la Policía de Investigaciones y habría confesado ser el autor de los disparos que causaron la muerte del cabo primero de Carabineros, Óscar Galindo, en medio de un enfrentamiento entre bandas rivales en la comuna de La Pintana. Hoy enfrentará su control de detención.
Acorde a los peritajes, el joven habría utilizado una subametralladora UZI y ya contaba con un amplio prontuario policial, donde destacaba el porte ilegal de armas de fuego.
Galindo Saravia, de 29 años y con 11 de ellos de servicio en la institución, formaba parte de la Sección de Investigación Policial de la 41º Comisaría de La Pintana, grupo especializado que actúa de civil en vehículos particulares y que ayer observaban, a la distancia, a un grupo de narcotraficantes en la intersección de las calles Del Sembrador con Burdeos.
La vigilancia fue interrumpida cuando estas bandas rivales se enfrentaron a tiros en una plaza, lo que provocó que los uniformados de civil descendieran a intentar detener la balacera. Fue así como el cabo primero Galindo, sin alcanzar a bajar del auto, fue herido de bala en tres ocasiones, dos de ellas en su cabeza.
Este es un extracto de la comunicación interna de Carabineros cuando el cabo cayó herido, a manos de un joven con polerón plomo y una subametralladora UZI.
La balacera no sólo ocurrió en plena vía pública y luz de día, sino que solamente a metros de un jardín infantil. Residentes del sector y apoderados relataron la complicada situación que vivieron.
Rápidamente hubo un operativo de Carabineros para trasladar al uniformado herido y, a la vez, cerrar todas las vías del sector y evitar la fuga del responsable del ataque.
El cabo primero Galindo fue derivado, vía helicóptero, hasta el Hospital Dipreca, donde murió debido a la gravedad de sus heridas. Así lo confirmó el comandante Cristián Mardones, con detalles preliminares de lo ocurrido.
Hasta el hospital Dipreca llegó el presidente Sebastián Piñera, acompañado del ministro del Interior, Andrés Chadwick, para entregar las condolencias a la familia del uniformado y dialogar con el alto mando de Carabineros sobre la situación.
El mandatario reconoció que están viviendo una guerra contra el narcotráfico.
En el hospital, y en representación de la familia, la cuñada del uniformado, Solange Lavandero, aseguró que el cabo primero dejó no sólo a una esposa, sino que a tres hijos, y enfatizó que, como carabineros, se enfrentan diariamente a menores que son reincidentes en delitos.
Situación que fue abordada por la intendenta metropolitana, Karla Rubilar, quien afirmó que el principal sospechoso, un adolescente de 17 años, ya había sido detenido por porte ilegal y posesión de armas de fuego.
El operativo de Carabineros consistió en realizar un “candado” en la comuna de La Pintana, lo que derivó en que el principal sospechoso se entregara voluntariamente en la Brigada de Investigación Criminal de la PDI, supuestamente reconociendo su autoría en los hechos.
El general director de Carabineros, Hermes Soto, afirmó que tienen certeza que se trata del autor del crimen.
Este adolescente fue llevado al hospital El Salvador a constatar lesiones, debido a que tenía dos heridas de bala en el abdomen, las que no fueron impedimento para lanzar escupitajos y patadas contra los uniformados que esperaban en el recinto.
El imputado ya mantenía antecedentes en 2015 por receptación, porte ilegal de armas y porte de elementos para cometer delitos. En 2016 nuevamente fue sorprendido con elementos para cometer delitos, mientras que en 2017 fue de nuevo detenido por porte de armas, unos meses después, por posesión de armas de fuego.
Hoy quedará a disposición de la Fiscalía Metropolitana Sur para enfrentar su control de detención en el bloque vespertino, y donde sería acusado del delito de homicidio de carabinero en servicio.
(Artículo 04 del Código Procesal Penal)