No es casualidad que en Chile se haya instalado con tanta fuerza la lucha feminista, si mientras en la política formal se discuten temas como la legalidad del aborto, en las calles las mujeres siguen siendo violentadas.
Así lo experimentó Catalina Vega, quien denunció en Facebook que la tarde del miércoles, cuando se dirigía a su casa en Metro de Santiago, en el recorrido entre la estación Vicente Valdés y Plaza Puente Alto de la Línea 4, fue víctima de tocaciones por parte de un sujeto que se ubicó detrás de ella.
“Subí en Vicente Valdés, el metro estaba lleno y quedé pegada a la puerta. De repente siento que un tipo me frotaba su pene en mi trasero. Pensé que eran ideas mías hasta que le vi su pene afuera del pantalón después que me agarrara la cintura”, narró la joven en conversación con BioBioChile.
Según relata Catalina, al darse cuenta de la situación, una pareja decidió intervenir, “al ver el rostro de excitación del individuo”. Lo bajaron del vagón y retuvieron en la estación Trinidad a la espera de Carabineros.
La joven contó que estuvo hasta la media noche en la 36° comisaría de La Florida, donde el hombre de 36 años quedó detenido toda la noche. Sin embargo, cuestionó que “tras declarar ante un juez, y como no tenía antecedentes delictuales, lo dejaron en libertad”, sin registro alguno del acoso en su hoja de vida.
Cuando Catalina llegó a su casa, se percató que el tipo había dejado una mancha blanca en su pantalón: “Estoy segura que era semen, porque cuando lo empujé en el Metro le tomé su pene para correrlo y estaba húmedo, como con semen”. De la “rabia, asco e impotencia”, esa noche no pudo dormir y visitó constantemente el baño para vomitar.
“Quizás cuántas niñas y mujeres han callado por miedo. ¡Basta de aguantar este tipo de mierda! No somos propiedad de nadie ni tenemos que aguantar estas faltas de respeto”, publicó la joven a través de su cuenta de Facebook, donde decidió funar a su presunto victimario.
Además, Catalina comentó que no es la primera vez que ha sufrido tocaciones en el Metro, recordando que la última vez fue en el mes de marzo, donde “los hombres apoyaron al culpable, diciéndome que yo tenía la culpa por usar vestido”.
“Esa mañana iba al trabajo, no usaba un vestido llamativo, y si así lo hubiera sido no tienen derecho a tocarme sin mi consentimiento. Desde ahí que no uso vestido”, relató.
Finalmente Catalina sostuvo que espera que “hayan más mujeres que quieran denunciar este tipo de situaciones. No debemos aguantar porque la sociedad nos dice que esto es parte de lo ‘normal’ en esta ciudad”.