Desde hace meses, la empresa Pastas Suazo estaba intentando superar la crisis económica más aguda de sus 80 años de historia. Pese a los esfuerzos, los números rojos no lograron revertirse: la quiebra es definitiva y los trabajadores han hecho un llamando a la comunidad para que compren el último stock de productos y así les puedan pagar sus sueldos y finiquitos.
En enero, los bienes de la compañía Suazo Gómez S.A. representaban “poco más de un tercio de sus deudas, cercanas a los US$19 millones“, según diario La Tercera. Los bienes totales fueron valorizados en $4.431.872.224.
La planta de operaciones se encuentra ubicada en Curicó, en la región del Maule. Su cierre dejará a cerca de 200 personas cesantes. Previamente, cuando se comenzó a asomar la crisis financiera, decenas de trabajadores fueron despedidos de manera paulatina.
Sus productos -pastas, harinas, aceites y sémolas- eran comercializados en grandes cadenas de supermercados, entre ellas Jumbo y Líder.
La firma, según sus propias estimaciones, logró la capacidad de producir alrededor del 15% de las pastas que se consumen en nuestro país.
Javier Muñoz, alcalde de Curicó, dijo a TVN que había advertido que esta situación iba a generar un impacto complejo en la zona; y ofreció el apoyo del municipio en la medida que fuera posible.
Pastas Suazo, a cargo actualmente de una cuarta generación familiar, ha mantenido silencio desde que se agudizó la crisis. BioBioChile intentó contactarse con ellos, pero no tuvo retroalimentación.
Ofertando el último stock
Durante las últimas horas, los trabajadores hicieron un llamado a través de la cuenta de Twitter de la empresa que no pasó desapercibido: pidieron a la comunidad que se acercara hasta su punto de venta, ubicado en Merino 66, a comprar el último stock de productos. El llamado también fue replicado en la red social Facebook.
El objetivo de esas ventas será “recaudar los fondos para el sueldo y finiquito de los trabajadores”.
Les hablamos como trabajadores de Suazo. Queremos invitar a cada uno de ustedes, a la sala de ventas en Merino 66 Curicó, a comprar los productos en stock que se están liquidando con el objetivo de recaudar los fondos para el sueldo y finiquito de los trabajadores.
de 8 a 17 hrs. pic.twitter.com/QAi4nibVWt— Pastas Suazo (@PastasSuazo) June 20, 2018
El Diario La Prensa de la región del Maule publicó un comunicado que le emitió Suazo Gómez S.A: “Informamos con preocupación y pesar, que la empresa Suazo entró en proceso de liquidación. Valeria Cañas ha asumido la administración y eventual continuidad de giro de la empresa”.
A renglón seguido, señalaron la preocupación que les produjo la constante concentración de ciertas áreas de negocios que han derivado en “la pérdida de fuentes de trabajo y producción”.
La situación ha generado preocupación en el gobierno del Maule. Ayer miércoles, los medios de comunicación fueron informados de que incluso las autoridades regionales (seremis de Economía y Trabajo; y Gobernación) se sumarán al llamado para que la ciudadanía compre los últimos productos de Pastas Suazo, “debido a la grave situación por la que se encuentra pasando esta empresa (…)”.
De igual modo, en su anuncio de pauta, confirmaron que las ganancias irán directo a la cuenta corriente que paga los sueldos y liquidaciones de los trabajadores de la planta.
Cierre de otras empresas en Valparaíso y Temuco
El jueves 14 de junio, 1.200 personas quedaron desempleadas luego que la empresa Maersk Container Industry anunciara el cierre de su fábrica en Chile.
Mediante una declaración pública, la firma confirmó el término de las operaciones de su fábrica de contenedores, argumentando que las nuevas condiciones de mercado -marcadas por la sobreproducción de contenedores en el mundo y la dificultad permanente para conseguir a nivel regional proveedores de insumos para la fabricación- les impidió ser competitiva. La decisión fue calificada como “irreversible”.
Luego, el 18 de junio, el propietario de la constructora CIAL, Alejandro Becker, confirmó el quiebre de su empresa tras 38 años de historia. 1.200 personas quedaron sin una fuente laboral en La Araucanía.
El empresario argumentó que no tenía dinero para seguir pagando a sus trabajadores, contratistas y proveedores.