La Policía de Investigaciones (PDI) de Talca culminó este sábado la “Operación Hermandad” con la captura de 32 narcotraficantes pertenecientes a dos bandas rivales, calificadas entre las más peligrosas del país: la Fiscalía desveló que la operación estuvo a punto de desmoronarse hace siete meses por una filtración.
El fiscal Soto confesó, en la tercera audiencia de formalización del caso, que una líder de una de las organizaciones desbaratadas recibió información por parte de una mujer “no indentificada hasta el momento que le decía a Pamela Loyola que existía una investigación en su contra y un informe policial donde aparecían su nombre y su celular”.
Loyola le habría pedido a esa trabajadora “que le sacara una copia a la cartera. Creemos que se trataría de una defensora que tuvo acceso a ella, donde otras personas también tuvieron acceso, pero de manera indebida y no autorizada”, explicó Soto.
El magistrado explicó que esta filtración se investigará como una arista de la “Operación Hermandad” ya que provocó “que Loyola dejase de utilizar el aparato que estábamos monitoreando por lo que perdimos las escuchas durante un tiempo”, concretó.
Diversos delitos
Según estas grabaciones, el tribunal establece que los menores de edad involucrados en ambas bandas se dedicaban “a guardar dinero, recolectar dinero procedente de su venta y usaban armas de fuego para amedrantar a sus rivales”.
Estas bandas serían las responsables de una serie de hechos delictivos ocurridos principalmente en el sector norte de Talca, incluido el caso en el que resultó herido un carabinero luego que una patrulla fuera atacada con disparos de escopeta: “El baleo fue por error, esperaban al líder de una banda rival que le había robado droga”, sostuvo Soto.
La detención de estas personas se logró tras un allanamiento a más de 20 domicilios tras lo que decomisaron un arsenal de armas de fuego, municiones, dinero en efectivo, drogas y dos vehículos.