Por primera vez, una de las víctimas del atentado del Molino Grollmus en Contulmo, entregó declaraciones sobre lo ocurrido en agosto de 2022, cuando un grupo de sujetos armados, integrantes de la Resistencia Mapuche Lafkenche, ingresó al recinto y destruyó las instalaciones. Se trata de Carlos Grollmus Thiele, de 82 años, quien sufrió la amputación de una sus piernas tras ser baleado durante el atentado.
En conversación con Radio Bío Bío, el hombre relató el traumático momento que debió vivir e indicó que espera que tras la formalización de 11 acusados por el ataque incendiario, también se logre dar con el resto de los involucrados. Recordemos que de acuerdo con la investigación del Ministerio Público fueron más de 30 los sujetos que atentaron contra el tradicional molino.
Carlos Grollmus calificó de terrible lo ocurrido y señaló que su vida cambió por completo: “Estaba acostumbrado a trabajar día a día, en todo tipo de trabajos, y ahora no puedo hacer prácticamente nada”. Por ello, explicó que necesita una prótesis biónica para retomar de alguna forma sus actividades cotidianas.
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Sobre el brutal accionar de la orgánica radical, dijo que “no tiene justificación… ellos son un pueblo retraído, que no les gusta trabajar, solamente vivir de cosas ajenas, de hacer daño. Ellos queman, matan, roban y eso no puede seguir así“.
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“Esta gente debe estar presa el resto de su vida. No tienen perdón. Fue una cosa terrible para nuestra familia y para todo Contulmo. Esperamos que llegue la justicia de frentón, que no se quede estancado”, reforzó respecto a los responsables de este brutal caso que conmocionó a la región.
También indicó que es imposible reconstruir el molino que construyó su abuelo y que, pese a lo ocurrido, quiere seguir viviendo a 100 metros del lugar del atentado. “Pasé toda mi niñez ahí, recorrí cuando era chico dentro del molino, las dependencias, era como mi casa”, recordó.
Esa fatídica jornada, los encapuchados, además de usarlo como escudo humano en medio de los disparos, también mataron a su perro, al que describió como “mi guardián, andaba siempre conmigo. Lo sentí mucho”, lamentó.
Usado como escudo humano
Carlos recordó que ese día estaba desarmado y no tenía por donde escapar, ya que quedó en un callejón, acorralado. “Me dispararon y después me llevaron como rehén (escudo) humano hacia el pelotón de gente que estaba disparando hacia la casa patronal. Querían quemar la casa, pero como hubo represión (resistencia) no pudieron cometer su idea”.
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El hombre afirmó no recordar todo lo que pasó esa noche, pero que “lo último que vi es cuando levantó la escopeta y le disparó a mi perrito, y parte de la munición llegó a mi cuerpo y ahí me desplomé”, siguió en su crudo relato.
Además de la destrucción completa del Molino, en el atentado resultaron tres personas heridas. Carlos, Cristian Cid, cuidador del predio que terminó con un trauma ocular; y Hellmuth Grollmus, adulto mayor de 85 años, que murió 8 meses después del ataque.
Recientemente, el Juzgado de Garantía de Cañete decretó la prisión preventiva para nueve imputados y la internación provisoria en régimen cerrado de los dos restantes, quienes en esa fecha eran menores de edad.