En distintos puntos del norte y sur de Los Ángeles con frecuencia se escuchan disparos, los que la gente ya distingue claramente de lo que son los impactos que producen los fuegos artificiales.
En la población Escritores de Chile, por ejemplo, los vecinos reconocen una disminución de hechos delictivos, pero de igual manera las balaceras son frecuentes y los disparos atemorizan a los habitantes, quienes hace dos años vivieron una grave situación con un poblador que fue víctima de una bala loca y aún se encuentra postrado con serios problemas de salud.
Una de las vecinas, quien pidió que tuviera su identidad reservada por razones de propia seguridad, dio cuenta de que se necesita en el barrio una mayor fiscalización policial.
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Otros pobladores se sumaron a estas preocupaciones, señalando que cada vez más frecuentemente se unen para abordar el tema de la delincuencia y así tener una mejor calidad de vida en este sector.