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En la última sesión de la Comisión de Pesca de la Cámara Baja se generó controversia por la presencia de un conocido lobista, identificado como Santiago Gacitúa. El diputado Leonidas Romero cuestionó su presencia sin obtener respuesta, lo que provocó una reacción nerviosa del presidente Jorge Brito. Se reveló que Gacitúa representó a Lota Protein, empresa vinculada a prácticas cuestionables.

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La presencia de un conocido lobista en la última sesión de la Comisión de Pesca de la Cámara Baja volvió a encender los ánimos en medio de la discusión de la nueva ley.

La instancia debe despachar a sala el proyecto antes de que termine agosto y recién ha votado un par de artículos.

Durante una hora y media se reunió este miércoles la Comisión de Pesca de la Cámara Baja, instancia en donde llamó la atención del diputado Leonidas Romero, independiente en la bancada de RN, la presencia de una persona.

Le preguntó directamente por invitación de qué parlamentario había ingresado, pero no tuvo respuesta, generando una nerviosa reacción del presidente Jorge Brito.

Según fuentes de Radio Bío Bío, se trataba de Santiago Gacitúa, quien durante la tramitación de la Ley de Pesca hoy vigente, más conocida como Ley corrupta, representó intereses de la empresa Lota Protein, industria del Bío Bío vinculada a la entrega de recursos a dirigentes de la pesca artesanal, situación constatada en informes policiales en el marco de la investigación penal del caso.

Algunas organizaciones hicieron trascender que llegó a la Comisión invitado por la diputada comunista María Candelaria Acevedo.

Sin embargo, la parlamentaria transparentó con La Radio la nómina de siete mujeres, dirigentas de la pesca del Bío Bío a quienes ella autorizó el ingreso, y dijo que le parece bien que exista este nivel de sospecha.

El diputado de la UDI, Sergio Bobadilla, quien protagonizó la primera polémica relevante de esta discusión tras ingresar más de 200 indicaciones al proyecto, idénticas a las propuestas por el gremio empresarial pesquero Sonapesca, también señaló que es necesario conocer quiénes son las personas que están en la sala, y que es el no reconocimiento de quién invita lo que genera dudas.

Al inicio, la sesión estuvo entrampada más de 40 minutos en la necesidad de acelerar la discusión, pues según el presidente de la instancia, Jorge Brito, al ritmo que llevan no alcanzará a ser despachada a sala antes de septiembre, que es el plazo fijado con la suma urgencia impuesta por el Ejecutivo, y que se zanjó con el acuerdo de ser convocados tres veces por semana.

Además del retraso en la discusión del texto, existe una nómina de varias decenas de organizaciones de pescadores y gremios ligados al sector pesquero que han pedido ser escuchados en la instancia, por lo que la comisión fijó para la sesión de los miércoles la posibilidad de oír los argumentos de estas agrupaciones, y dejar constancia de quienes son y a quienes representan el resto de los asistentes.