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El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, se encuentra formalizado por administración desleal, cohecho, estafa, delito concursal y fraude al fisco, en relación a un convenio firmado en junio de 2020 entre ACHIFARP y la Universidad de Concepción para fabricar dosis de Interferón para tratar el Covid-19. A pesar de comprometer $300 millones, solo $25 millones llegaron a la UdeC, generando un daño a su reputación. La casa de estudios fue sancionada por el ISP por fabricar en un lugar no autorizado y distribuir un producto sin registro sanitario, aunque la decisión está impugnada.

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El convenio que tiene al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, a un paso de ir a la cárcel, fue considerado en su momento como un hito histórico.

Un proyecto empujado con entusiasmo desde la rectoría de la Universidad de Concepción, en la región del Bío Bío, y que terminó con Jadue formalizado y la universidad sancionada.

Hoy son varias las voces que, en público y en privado, lamentan una decisión que le generó un grave daño a la imagen de la UdeC.

Durante la formalización del alcalde de Recoleta por administración desleal, cohecho, estafa, delito concursal y fraude al fisco, la fiscal Giovanna Herrera apuntó al convenio celebrado en junio de 2020 entre ACHIFARP y la Universidad de Concepción.

El anterior, para fabricar 180 mil dosis del medicamento Interferón para el tratamiento del Covid-19.

Un acuerdo que tenía un costo de $300 millones, que fueron comprometidos por el alcalde Jadue, y para lo cual solicitó los recursos al concejo municipal de Recoleta.

Todo, a pesar que el ISP no había autorizado aún su confección.

Dineros que nunca llegaron a la UdeC

A la casa de estudios penquista sólo llegaron $25 millones, correspondientes a la primera etapa del convenio en que se fabricarían dosis experimentales.

Una situación que Daniel Moraga, quien se desempeñaba como secretario ejecutivo de la Asociación de Municipios con Farmacias Populares, hizo ver al alcalde Jadue, de acuerdo a lo expuesto en el tribunal por la persecutora.

El convenio de junio del 2020 tuvo su origen en la idea de establecer una asociación estratégica entre ambas instituciones para el desarrollo de soluciones y productos de Investigación y Desarrollo en materia de salud.

Siempre, en el contexto de la grave pandemia, cuando se buscaban herramientas para su prevención y tratamiento.

El Interferón alfa- 2b era usado entonces como bioterapia experimental para la infeccioón por Covid-19 y de acuerdo a literatura científica disponible, proporcionaba una acción protectora frente al contagio de la enfermedad.

La investigación sobre su seguridad y eficacia era liderada en la UdeC por el doctor Jorge Toledo, de la Facultad de Ciencias Biológicas.

En una reunión por zoom pocos días después de firmar el acuerdo, el rector Carlos Saavedra, reconoció las gestiones de Jadue y Moraga.

En este sentido, dijo que iban a desplegar esfuerzos conjuntos para cumplir la regulación de medicamentos vigente en Chile, de manera de avanzar desde la fase de producción piloto a la implementación de proceso de producción en una forma farmacéutica.

Hito histórico que terminó con Jadue imputado

En esa oportunidad también intervino el alcalde de Recoleta y presidente de Achifarp, Daniel Jadue, resaltando el rol protagónico que debían asumir los municipios en un hecho que calificó de histórico, al asociarse con la prestigiosa Universidad de Concepción.

Dijo esperar que el convenio abriera el camino para potenciar la investigación científica desde los gobiernos locales.

En ese encuentro telemático, destinado a presentar los avances y el trabajo científico de la Facultad de Ciencias Biológicas, Daniel Moraga, entonces secretario ejecutivo de la Asociación Chilena de Municipios con Farmacias Populares, expuso la idea de que el objetivo final era ir en ayuda de personas que lo necesitaban en diversas comunas del país.

Los dineros desembolsados por Recoleta llegaron a Achifarp, pero no a la Universidad de Concepción, aunque la casa de estudios asegura que no existe deuda pues los hitos 2 y 3 del convenio, que correspondían a los estudios clínicos y fabricación de unidades autorizadas para uso humano, nunca se iniciaron.

Pese a esto, y aunque pocos se atrevan a decirlo públicamente, se estima un daño incalculable a la casa de estudios tras esta fallida puesta marcha del convenio con Achifarp.

Esto, ya que es una Universidad destacada en Ciencias de todo tipo y que destina importantes recursos a investigación e innovación, con estudios de nivel internacional generados en sus laboratorios.

A esto se refiere justamente Paulina Astroza, doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la UdeC.

UdeC sancionada por el ISP

Buscando cumplir a cabalidad la regulación nacional vigente, en un primer hito se iba a concretar el proceso de producción y, posteriormente, se avanzaría en los ensayos de seguridad y eficacia.

Las primeras dosis estaban destinadas a ser distribuidas en las comunas de Rauco, Macul, Calera, Renaico, Canela y Recoleta.

Sin embargo, y según ha declarado la propia Universidad, al no existir de parte de Achifarp un financiamiento complementario que permitiera remodelar la Unidad de Prototipado y Escalamiento que permitiera cumplir los requerimientos del ISP, se tomó la decisión de no perseverar en el convenio a contar del 12 de junio de 2022, pues no se podría aspirar a contar con un laboratorio de producción farmacéutica.

Es en este contexto que la Universidad fue sancionada por el Instituto de Salud Pública, por fabricar en un establecimiento no autorizado para el efecto así como liberar y distribuir un producto farmacéutico que no contaba con registro sanitario, sanción que fue impugnada por la casa de estudios y de la cual no existe un pronunciamiento definitivo.