Enel concretó este viernes el cierre de su última central de carbón en el país, correspondiente a Bocamina II de Coronel. Esto en el marco del plan de descarbonización que impulsó la administración anterior. La presencia de la empresa en el territorio estuvo marcada por protestas en contra de episodios de contaminación en el borde costero y las concentraciones de mercurio y vanadio.
“En una semana seremos la primera compañía en Chile en cerrar todas sus centrales a carbón”. Así recordaba la semana pasada la empresa Enel el cierre de la central termoeléctrica Bocamina II, ubicada en el sector Lo Rojas de Coronel, en la región del Bío Bío.
La central Bocamina, inaugurada a principios de 1970, abasteció de energía a la provincia de Concepción por más de medio siglo. Sin embargo, lo hacía a través de carbón, uno de los principales contaminantes por las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Anteriormente, la compañía había cerrado otras centrales de carbón en el país. En 2019, Enel cesó las funciones de la Central Tarapacá y en 2020 Bocamina I de Coronel. Esto, en el contexto del Plan de Descarbonización y la estrategia de transición justa y sostenible.
La empresa Engie Energía Chile S.A. también anunció el cierre de una de sus unidades de carbón en Chile. Se trata de la unidad 15 del Complejo Térmico Tocopilla, ubicado en la región de Antofagasta. Su cierre está anunciado para las 23:59 horas de hoy viernes 30 de septiembre.
El plan de retiro del carbón busca combatir el cambio climático y lograr la Carbono Neutralidad al 2050. Hay que recordar que el Gobierno de ese entonces, liderado por Sebastián Piñera, se comprometió en 2019 a cerrar todas las centrales de Carbón en Chile al 2040. Un proceso que ha ido más rápido de lo esperado.
Un historial de conflictos ambientales
Desde el inicio de la construcción de Bocamina II en 2008, la relación entre la empresa y la comunidad estuvo marcada por las movilizaciones. Sin embargo, tras su inauguración en 2012, el conflicto se agudizó.
Las barricadas y paralizaciones producto del daño ambiental generado en el borde costero de Coronel se volvió una costumbre para los habitantes de la comuna.
En 2013, la Corte de Apelaciones de Concepción acogió un recurso de protección presentado por los pescadores artesanales de la zona. En consecuencia, las operaciones de Bocamina II fueron suspendidas por un año. A su vez, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) advirtió una multa de hasta 5 mil millones de pesos producto de las graves faltas ambientales.
Al año siguiente, la Corte Suprema ordenó el cese momentáneo de las actividades de la primera unidad de Bocamina por la vulneración del artículo 19 N°8 de la actual Constitución Política de la República: “Vivir en un medio ambiente libre de contaminación”.
En 2015, mientras Enel comenzaba las pruebas para la reapertura de Bocamina, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) acogió un reclamo solicitado por un grupo de vecinos de Coronel para volver a abrir el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) sobre la optimización de la segunda unidad de la central termoeléctrica. Tras ello, la reanudación de de las actividades de la central termoeléctrica se puso en pausa de manera momentánea.
Ese mismo año, pescadores artesanales iniciaron un proceso judicial para indemnizar a 600 pobladores afectados por una alta concentración de mercurio y vanadio desprendida desde Bocamina. De acuerdo con la acción legal, la situación habría afectado su salud e ingresos económicos.
De carbón a diésel
Un documento emitido por el Coordinador Eléctrico de Enel, publicado por Diario Financiero, entregó los resultados del análisis sobre las medidas implementadas por la empresa para garantizar el correcto funcionamiento de sus operaciones tras el cierre de Bocamina II.
En el caso de Concepción, la zona será abastecida sin generación de criterio de seguridad N-1, es decir, sin el uso de diésel. Sin embargo, desde la empresa anunciaron una mayor demanda de cortes debido al cierre de la segunda unidad de la central termoeléctrica de Bocamina.
Por lo anterior, al menos en una primera instancia, se abastecerá a la población afectada mediante diésel, un hidrocarburo líquido cuyo impacto medioambiental es similar al de la gasolina.
“Solo en un 8% de las horas del día laboral se podrá operar sin el despacho de las centrales Coronel, Horcones y Newen”, dice el informe. Es decir, durante gran parte del día se operará con diésel, al menos mientras la línea 220kV Hualqui-Lagunillas continúe en “indisponibilidad forzada”.
De vertedero a bosque nativo: Bocamina
Durante más de dos décadas, la empresa Enel depositó las cenizas de sus procesos en un espacio de diez hectáreas (unas 13 canchas de fútbol). Como era de esperar, el lugar no estuvo exento de problemas con la comunidad.
Tras el cierre de Bocamina, la iniciativa Foresta Nativa de la Universidad de Concepción busca recuperar el terreno del vertedero de cenizas de las dos unidades de la central termoeléctrica, ubicado a un par de kilómetros del centro de Coronel.
Según explica el investigador a cargo y académico de la UdeC, Felipe Aburto, se trata de la revegetación del terreno “con un diseño que se fundamenta en los principios de la restauración ecológica, una práctica basada en la ciencia para ayudar a la recuperación de los ecosistemas naturales”, afirmó a País Circular.
Desde hoy, el proyecto de recuperación de suelo, ciclo de agua y vegetación, que incluye quillay, litre y boldo, entre otras especies, está dividido en tres sectores, de los cuales dos ya están siendo intervenidos. El tercero, en tanto, debiera comenzar a ser tratado en los próximos meses, luego del cierre de la unidad 2 de Bocamina, este 30 de septiembre.